Restaurante EME de Mariano RS en Málaga

¿Un restaurante encantador y un personal encantador? Pasamos una velada maravillosa allí el 1 de mayo.

Excelente servicio y comida. Personal encantador.

Noche maravillosa, personal encantador y muy agradable y servicial.

El camarero es agradable (cuenta individual, cuenta un poco de su vida) y la comida era realmente buena.

Lugar de los que te ibas con buen sabor de boca. Pero en cuanto a relación calidad-precio no es lo que era, no sé si quizás ha perdido el enfoque a los malagueños y está ahora dirigido a otro público. Pero las croquetas pequeñas y no valen lo que cobran por ellas ya que es un producto que tiene mucha demanda y alta producción en la mayoría de restaurantes de calidad (pedimos la variedad y la de rabo de toro ni la pusieron), un salmonete 35€ (reitero, solo uno) y un tartar de gamba blanca también 34€ que sinceramente por el mismo precio lo comes mucho mejor en otros restaurantes de Málaga. Soy fiel consumidora de los sitios de calidad y pagar por ello, porque soy de la opinión que la calidad hay que pagarla, pero con todo el respeto y pena este sitio ha dejado de tenerla. Mantienen la rusa que es buenísima y los platos del día que también merecen la pena, es la única excusa para volver.

Han sido calificados como el mejor gazpachuelo de la ciudad, estaba tan bueno. El resto de tapas también estaban bien, el lugar es cómodo y el personal super atento.

No puedes visitar el Centro de Málaga y no disfrutar de EME. Llegas y te dejas aconsejar por el chef y a disfrutar. Gazpachuelo, caldillo de pinta roja, croquetas, arroz negro, chuletón. Y que vinos generesos. Servicio TOP. Te hacen sentir como en casa. Ah la mejor rusa de Málaga.

La tortilla de patatas y las carrilleras muy recomendables

Pasamos por Eme porque nos llamó la atención su carta. Es verdad que el servicio es muy bueno, el pan nos encantó y la carta tiene platos para todos los gustos. Los precios son medio altos, entendible por la zona donde está (y antes de ver el plato en mesa). Cuál fue la sorpresa, pues que los platos eran más bien escasos. Pedimos el dúo de tacos que no nos pareció nada del otro mundo, no se apreciaba cuál era pollo y cuál cochinillo. Esperábamos que el pan brioche nos dejara con mejor sabor de boca pero no, eran canapés prácticamente, ricos, eso sí, pero muy pequeños para su precio. También pedimos el combo de croquetas, que eran más bien bocaditos y la pata de pulpo sobre puré con trufa, que nos pareció sobroso. Para los 95€ que pagamos, esperábamos otra cosa.

Comida buenisima , ensaladilla alcachofas bacalao y vieiras y el postre tarta de queso recomendada por la camarera de lis mejores que hemos comido. El servicio perfecto.