Restaurante emBoca en Sallent de Gállego

Buena experiencia (sin destacar en nada) el balance final fue bueno. Sallent de Gallego (como entorno) ya merece una visita y que mejor recuerdo que una comida más que decente. Recomendable.

Todo lo que pedimos exquisito, sitio limpio y riquísimo. Pedimos el revuelto de espárragos y entrecot de vaca. De postre flan! Todo súper!

Espectacular, el servicio inmejorable, la carne a la brasa deliciosa , pedimos entrecot de simental y chuletón de cerdo de castañas, de postre helado de yogur de oveja, increible, el lugar encantador, se escucha el rio.. recomendable 100%

Comida de 10, y el servicio una chica encantadora y muy atenta.

Comida excepcional y atención inmejorable, muy contentos con el trato, volveremos . Lo recomiendo .

Lugar encantador desde que entras por la puerta. Una buena atención acompañada de una deliciosa comida y buen ambiente. Muchas gracias al personal y al arte del cocinero. Lo recomiendo 100%.

Espectacular sitio para comer. Muy recomendable

Emboca no es solo un restaurante, es una experiencia sensorial que se vive desde el primer bocado. Ubicado en el encantador pueblo de Sallent de Gállego, este rincón gastronómico logra combinar a la perfección tradición y creatividad en cada plato. Desde el inicio, la atención fue cercana y cuidada, haciendo que la experiencia fuera aún más especial. Comencé con una entrada que me sorprendió por su originalidad: pato sobre tostada. La combinación de texturas y sabores fue simplemente sublime, con un equilibrio perfecto entre lo crujiente del pan y la suavidad intensa del pato. Como plato principal, opté por el plato del día: una pasta carbonara que rompía con lo convencional. Cremosa, sabrosa y perfectamente al dente, lograron captar la esencia de una buena carbonara sin artificios innecesarios. Fue reconfortante y sofisticada a la vez. Emboca es uno de esos lugares que te invitan a volver. No solo por su cocina de alta calidad, sino por el alma que se siente en cada detalle. Sin duda, una joya en el corazón del Pirineo aragonés Me atendieron , Sandra y Santiago . Dos grandes personas

Nos ha gustado. Era un punto de paso tras estar una mañana por la zona y la verdad es que no nos ha defraudado. Hemos reservado, y es recomendable hacerlo para evitar disgustos ya que es un sitio pequeño. La atención ha sido muy buena, y la comida, muy sabrosa. La brasa es la especialidad. Recomendable la ensalada de Burrata, que tiene un tamaño enorme. Vale para compartir. El resto de platos, nos han gustado a todos. El precio, razonable. 4 personas hemos comido por 110 euros. Recomendable, y después, te das un paseo por el pueblo, que es encantador.

Trato muy amable y profesional. La comida exquisita.