Restaurante El Agua en Granada

Una cena para el recuerdo. El pato vietnamita nem descontroló por completo mis sentidos, y la quinta costilla de vaca finlandesa fue como una pieza de mantequilla fundiéndose en la boca: sublime. La terraza, con su temperatura perfecta (más fresca que en muchos rincones de Granada), sumó el ambiente ideal. Vistas espectaculares y un servicio atento y cercano. Un lugar para volver… y recomendar sin dudar.

De los mejores sitios en Granada para disfrutar de unas vistas espectaculares, una comida riquisima y un ambiente relajante. De esos sitios que los pagas con gusto y sales satisfecho.

3,5-4 estrellas. Una vista muy bonita de la Alhambra. La primera fila en el pretil tiene un coste adicional, y la segunda también. Si te das el lujo de probar esto, tendrás que aceptar que, de vez en cuando, los comensales que no quieran pagar un recargo se acerquen a ti entre las mesas tan juntas para tomar fotos. Los platos son de alta calidad y están bien presentados, con algunas variaciones interesantes. Sin embargo, a veces faltaba algo. Las raciones son bastante pequeñas, pero típicas del segmento de precios más altos. Al parecer, algo habitual en España: no hay bebidas en la carta, una carta de bebidas aparte solo para el vino. Los cubiertos deberían estar pulidos y a juego con el resto del menú en este rango de precios. Una vez, las bebidas llegaron muy tarde, y los cubitos de hielo con una rodaja de limón para el agua solo llegaron después de pedirlos dos veces. El servicio es amable y atento, por supuesto, un poco menos brusco con la gente local. Parte de la comida se prepara en la mesa y te explican todo de nuevo. En resumen, ¡una velada encantadora!

Pasé un tiempo absolutamente perfecto en Carmen El Agua. La mezcla de cocinas internacionales ofrece un menú variado y delicioso. La comida fue una delicia, con especial mención al servicio, que fue cálido, atento y profesional. ¿Y qué decir de la vista? ¡Simplemente increíble! Cenar en un entorno tan agradable realmente le da un toque mágico a la experiencia. Un lugar que no te puedes perder si estás de paso por la zona. ¡Sin duda volveré!

Excelente opción para cenar viendo el Alhambra!!!

Un restaurante increíble en Granada con comida deliciosa y una vista preciosa. Celebramos el cumpleaños de mi amigo allí y tuvimos una experiencia maravillosa. El personal fue muy amable, especialmente el camarero que nos atendió (no recuerdo su nombre, pero mencionó que es argentino). La comida estuvo fantástica, ¡y recomiendo este lugar encarecidamente! Solo asegúrate de reservar con antelación y prepárate para caminar un poco para llegar, pero vale totalmente la pena.

La comida es muy buena, el entorno es magnífico y el servicio cálido, pero es una pena añadir un suplemento de precio a cada plato por elegir comer en la terraza (esto no está especificado ni en la reserva ni en la carta).

Restaurante situado en el barrio del Albaicín. Ofrece una experiencia gastronómica única, que permite disfrutar de las vistas a la Alhambra iluminada, creando una atmósfera mágica. Pedimos su menú degustación Taracea y estaba todo riquísimo, especialmente el rodaballo. Ambiente acogedor y romántico. Camareros amables y profesionales. Se recomienda reservar con antelación.

Situado en una de las zonas más bonitas y tradicionales de Granada. Visitamos en un día de invierno, pero la vista de la Alhambra todavía era increíble. El personal era muy acogedor y nos dio una bonita mesa junto a la ventana para que pudiéramos disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad. Empezamos con una botella de Habla del March de Extremadura que estaba deliciosa. Probamos el ceviche de marisco, las samosas de curry, el pulpo y el conejo dim sum así como dos postres. Todo estaba muy bien presentado y tan sabroso. Comimos en algunos restaurantes magníficos en Granada durante nuestra estancia, pero esto fue lo mejor. Muy recomendable. Un poco de subida, pero bien vale la pena.

Reservamos para nuestro aniversario y me gustó el sitio por las vistas que tenía a la Alhambra , pero la decoración no era muy acogedora y un poco destartalada! los platos que pedimos dieron las salidas de ave y la papada con setas que fue el que más nos gustó! De principal pedimos el canelón de ternera, para mi gusto la pasta era muy vasta pero la carrillada estaba muy sabrosa, y el otro plato fue la presa ibérica con críticos, en este caso la carne estaba algo quemada.. para beber pedimos una botella de albariño y un agua con gas, y los cafés! El camarero fue muy atento explicándonos todos los platos. Cuando haces la reserva ya sabes que hay dos turnos de comedor por lo que sí coges el primero a las diez tienes que dejar la mesa libre. De todas formas creo que este restaurante está sobrevalorado