Restaurante Bell-lloc en Madremanya

El Hostal Bell-Lloc es parte del patrimonio del país, por su cocina, su historia y su arraigo en el territorio. En pocos sitios te puedes sentir mejor acogido, y en pocos podrás comer mejor. Su fantástica terraza es un escenario magnífico para disfrutar de una buena comida. Por mencionar algún plato sugiero un extraordinario lomo de bacalao a la miel según recetario catalán del siglo XVII, y de los postres, todos caseros, os recomiendo el "Pecado de chocolate fondant". Y si se deja aconsejar, le ofrecerán platos del día sensacionales (algunos fuera de carta) que os sorprenderán (espárragos silvestres envueltos y fritos con tocino con salsa de roquefort, tomates de su propia huerta con unas anchoas increíbles, croquetas y canelones como los de 'con') ilusión por mantener este nivel muchos años.

Increible rincón en Riells del Montseny, en plena naturaleza, almuerzo bajo los árboles, con unos cocinados de mucha calidad, servicio muy amable. Realmente es un secreto muy bien guardado. Volveremos

Ha sido un placer descubrir este lugar. Comida riquísima, servicio excelente y vistas preciosas.

Un entorno brutal, una terraza que es un jardín bosque, maravilloso, Nosotros comimos en la Terraza por el perrito que traíamos, la comida buenísima, tienen muy buenos detalles con los comensales, que sagran muchísimo, sin duda un placer haber comido el Restauran Bell-lloc ya lo dice su nombre😍

Un bello lugar y muy buena comida y servicio

Salón agradable con mucha luz. Personal correcto. Comida de buena calidad salvo el excesivo uso de sal, especialmente en las alcachofas que las hacía bastante difíciles de comer. Precio demasiado elevados en algunas cosas como el agua de un litro casi 4€ o casi 2€ el café solo. La terraza exterior es agradable.

El sitio alucinante. El restaurante super acogedor, la comida deliciosa y Josep super atento y gran profesional.

Gente muy bonita, entorno hermoso y tranquilidad en medio de la naturaleza. Los propietarios nos asesoraron y estuvieron muy amables.

Fuimos un grup de amigos a desayunar allí, nos hicieron el favor de cogernos para desayunar porque tienen servicio de comidas y no de desayunos. La comida estaba muy buena, casera, sabrosa y el entorno y el restaurante era precioso. Los pies de cerdo, la ternera en salsa y los garbanzos, requetebuenos

Increíble lugar, tranquilo, todo hecho al fuego ahi mismo y con mucho amor. Sin dudas volveremos muchas veces. Gracias!