Restaurante Ballestero en Cogolludo

Este pasado sábado tuve la suerte de visitar Cogolludo sobre todo para conocer el Palacio de Cogolludo, dónde la visita con la guía, Nieves, fue maravillosa. Cómo la suerte me seguía acompañando habíamos reservado en Restaurante Ballestero. Entramos y ya nos recibe un personal excepcional, con una amabilidad y una educación cada vez más difícil de encontrar. Nos dan paso a un comedor muy agradable. La comida sencillamente extraordinaria. Unos torreznos muy bien hechos con un sabor extraordinario, luego un bombón de morcilla ( a esto no le pondría un 10, le pondría un 7, porque no me gustó tanto pero para gustos hay colores) y un cabrito, "campeón del mundo" si se me permite la expresión. Realmente muy muy rico y muy bien hecho, al punto perfecto. Claramente de obligada petición si se visita este restaurante. De postre una tarta de queso manchego es una elección inmejorable y al final un café solo de muy buena calidad. Realmente una relación calidad precio muy buena. Teniendo en cuenta la riqueza turística de la zona (un románico interesante, unos parques naturales excepcionales) espero tener la suerte en futuras ocasiones de que tengan mesa y podamos repetir. Muchas gracias y enhorabuena a sus propietarios. Un saludo.

El lugar era encantador y acogedor. El cabrito exquisito, súper sabroso y con un sabor muy suave. La atención y el servicio de los camareros fue excepcional. Nunca había estado en un sitio que fueran tan atentos y cercanos. Recomiendo también los torreznos y el tiramisú de postre, y el vino tinto Río Negro, de una bodega cercana al pueblo. Hasta el café era bueno! Un sitio maravilloso!!!!

Buen servicio y atención del personal, nos asesoraron bien. El cabrito espectacular. No probamos los postres porque no nos cabían.

Estuvimos en el restaurante. Un comedor amplio y tranquilo con mesas de buen tamaño. Los aseos públicos limpios como la patena. Probamos la especialidad de la casa, un exquisito cabrito asado tierno y sabroso que se deshace en la boca .

Restaurante tradicional, con un servicio impecable. Excelente menú degustación, varios entrantes para ir preparando hasta llegar aĺ plato fuerte: el cabrito. Simplemente magnífico, en su punto, un auténtico disfrute. Parada obligada si se visita la zona.

Comimos el sábado pasado y no lo pudimos disfrutar más. La cocina es tradicional pero exquisita. Todos los platos estaban muy sabrosos, pero merecen una mención especial los buñuelos de brandada y el cabrito asado. Los camareros son muy eficientes, amables y atentos.

Buena comida y excelente atención. Para repetir

Una grata sorpresa que hacía mucho no vivía Hacía bastante tiempo que no salía de un restaurante con esa sensación de satisfacción completa. La comida fue estupenda, sabrosa y bien presentada, con productos frescos y un sabor que se nota trabajado. Pero lo que realmente me sorprendió fue la atención al cliente, simplemente inmejorable: amables, atentos y con un trato cercano que ya no se ve tan a menudo. En general, todo estuvo por encima de lo esperado. Da gusto encontrar lugares así, donde todo funciona bien y uno se siente realmente bienvenido. Sin duda, repetiré.

Gente encantadora,atenta. El lugar acogedor y acorde con el lugar historia viva de Castilla y por último la soberbia comida ,cabrito pura miel tierno y con el sabor de las comidas hechas con sabiduría mimo y paciencia. Magnifico

Fuimos a este sitio por el cabrito y es verdad que estaba impecable, pero tuvimos que esperar mucho para pedir la comida y eso que el resturante no estaba lleno ni a la mitad. La larga espera nos decepcionó un poco. Por otro lado, que cobren casi 8EUR por el pan nos parece desproporcionado. Los cabritos no incluyen nada, si quieres una ensalada de solo lechuga o patatas se pagan aparte.