Está un poco apartado, pero definitivamente vale la pena visitarlo. La comida es deliciosa, el personal es amable y el ambiente es muy animado. Puedes ver la comida antes de elegir, así que no te equivocarás con el menú. ^^ ¡Me encanta! ♡
Vivo muy cerca y voy prácticamente todas las semanas. El trato es muy agradable. Hay bastante variedad de comida, yo siempre cojo para llevar y está bueno. La relación calidad-cantidad-precio es muy buena. El cocinero siempre va añadiendo cosas nuevas, variando y tiene razón en lo que recomienda. No abusa de salsas y de condimentos, comida casera. Recomiendo las fajitas (las hace al momento), las albóndigas también son un seguro, las berenjenas y boniatos rellenos, el pollo, las empanadillas y si sois un poco golosos merece la pena probar los postres.
Increíble. Con esa calidad podrían cobrar el triple, pero saben que están en una calle humilde y que la gente, como tal, tiene derecho a comer comida de calidad.
Un tupper de A Lume Lento me alcanza para dos comidas; por un precio de entre seis y ocho euros, casi cuesta más cocinar.
Soy celíaca y respetan mucho la contaminación cruzada.
También soy vegetariana e intolerante a la leche, y como soy tan exigente, siempre tengo algo para elegir.
Los platos cambian a menudo y mejoran cada vez más.
El servicio tampoco podría ser mejor: muy atento y amable.