Restaurant Miralles en Llançà

Fuimos 3 personas a hacer un menú de mediodía y agradezco mucho la recomendación del Restaurante Miralles. De primer plato, una crema de puerros que no llama demasiado la atención, pero era buenísima. Me hubiera llevado un tupper entero extra jaja. Después hicimos un arroz caldoso entre dos personas muy sabroso que no puedo quitarle nada negativo. También probé un rodaballo que la verdad que estaba espectacular. Se nota que cuidan la forma de hacer los platos y sobre todo tienen una buena selección del producto. El postre es casero, que nunca está de más. Las cantidades de los platos eran correctas, salimos bien satisfechas. El vino blanco de la casa era buenísimo, muy suave que entraba de cachondeo. Había cerveza artesana de proximidad muy buena también. Todo esto me pareció que el menú tiene una adecuada calidad-precio. El servicio fue simpático y cercano. El ambiente no le puntúo al máximo porque voy a estar en el interior (hacía lluvia y frío ese día) y no hay nada que destacar del interior. El punto fuerte del espacio es la terraza donde hay un gran pinar. Por tanto, obviamente ir al verano o un día de sol es más recomendable. El aparcamiento es muy fácil y accesible para todo el mundo. Me hicieron gracia las esculturas de metal que tienen por fuera, algo surrealistas como un paisaje de la Costa Brava visto por Dalí. En definitiva, muy bueno y recomendable, y volveré de nuevo cuando tenga ocasión para degustar más platos.

Paramos por casualidad y una grata sorpresa, comida muy rica

Restaurante con salón idóneo para grupos..fuimos 14 personas y todo perfecto servicio y cocina muy correctos...se ruega reservar..

Todo muy bueno un cocido esquisto la sopa muy rica y el vino tinto brillante estupendo la camarera muy correcta. Y cuando vea al dueño le pienso felicitar en persona porque a mi y a la familia nos encantó y me comentaron otros comensales que también les encanto, todos salimos satisfechos.Bon Nadal

Es como aer en casa de la abuela, un lugar pintoresco, y muy hogareño. Tienen menú todos los días, muy bueno y relajado. Sin sofisticación alguna, pero con calidad y cantidad. Nosotros hemos comido unas almejas al vino, buenísimas, queso rebozado con mermelada de pimiento, pies de cerdo a la brasa. Muy simpáticos, amables y eficientes.

Un muy buen sitio para comer o cenar en un entorno fantástico. ¡Muy recomendables las setas rebozadas!

Buena comida casera y siempre bien atendidos. En Verano, con una terraza exterior en un pinar acogedor y muy tranquilo.

Es perfecto para ir con mascotas