Restaurant Hotel Picasso en Torroella de Montgrí

Hoy hemos comido en el restaurante Picasso. Como siempre, ha sido una muy buena experiencia. Un teacto exquisito. Muchas gracias.

Si desea comer buen arroz este es el sitio, ya un precio razonable. Producto de calidad, trato amable y cercano. Por nosotros visita obligada por las comidas familiares.

La comida está bastante bien, no es barata, pero el restaurante no tiene ninguna vista de nada (ni jardín ni nada, setos y cañas). Deberían mejorarlo porque tiene mucho cristal y lo q se ve no acompaña. Está situado cerca de la garganta del Ter, totalmente aconsejable visitar.

Tuve el placer de descubrir un fantástico restaurante con una cálida bienvenida. La comida es excelente, excelente relación calidad-precio. Se lo recomiendo a todo el mundo

Muy buena comida con precio y servicio muy correcto. Un clásico de la Garganta del Ter. Tienen un menú que ronda los 30 euros, pero si prefieres carta (siempre cogemos esta opción) ronda tb este precio. Hace varios años que vamos a comer el arroz y supera las expectativas.

Restaurante muy bueno. ¡Recomendable!

Comer en el picasso, es un verdadero placer. Nunca defraudan.

Fuimos a comer con la familia por recomendación de uno de ellos, reservamos con antelación y suerte que lo hicimos, porque creo que aprox a las 14h ya estaba totalmente lleno, y además descubrimos que solo hacen un turno para comer. Tienen una extensa carta y un par de menús, nosotros cogimos el de 26€, que no incluye bebida. Pude probar los canelones de pescado y marisco y el foie micuit de primeros, que estaban todos exquisitos. De segundos probamos la paella y la ternera en salsa, que ambos eran otro nivel de sabores. Por último cogimos tiramisú, debéis probarlo sí o sí. Tiene dos parking para clientes. Las mesas son un poco estrechas, al menos para mi gusto. El personal/cocina es un poco lento, tardamos casi una hora en recibir los primeros y cuando trajeron los segundos, los trajeron a la mayoría de los comensales, los siguientes en tiempos muy separados.

El pasado sábado fuimos con mi pareja a comer en este restaurante, que siempre tiene mucha demanda, por lo tanto, sugiero que reserven antes de ir. Vamos a menudo, por qué siempre ofrecen platos de temporada, y no solo la carta estándar, y así puedes degustar diferentes platos que no son los de siempre, que son los arroces y los suquets. Nosotros nos dejamos aconsejar por Eva, la dueña, amable y conocedora del producto que vende. Nos ofreció unos chanquetes, que hacía años que no veía a la carta, deliciosos, y un salteado de "ronssinyols" con butifarra de perol, espectacular. De segundo, aunque ya ofrecen las angulas, pescadas por ellos mismos, nos declinamos por un arroz de ceps con gambas, que estaba para chuparse los dedos. Tienen una carta de vinos sencilla, pero con buenas referencias y varias DO. Los postres, la mayoría caseros, también bien elaborados. El servicio muy amable. Si estás por la zona, merece la pena ir a comer, y si no, te lo puedes programar, ya que la zona de la Gola del Ter es un lugar muy emblemático y bonito de visitar.

Hemos acudido a este restaurante en diversas ocasiones. En general se trata de un lugar bien emplazado, de ambiente agradable y donde se come razonablemente bien, aunque no es el mejor. Muchos clientes acuden por el arroz, pero éste no es de nuestro gusto y después de dos o tres veces de probarlo, ya no lo pedimos más. El servicio y la atención siempre es muy amable. En nuestra última visita, una parte de la familia decidió probar de nuevo suerte con el arroz: una paella de arroz negro a la carta. Tampoco nos convenció, faltaba sabor, estaba algo reseca y además presentaron un único escamarlán o similar por comensal. Contenía sepia troceada en cantidad normal. Ración aceptable aunque tirando a demasiado justa para ser a la carta. Un comensal pidió el menú de fin de semana, nada barato; un tartar de salmón muy escaso pero bien presentado y de agradable sabor. Una crêpe de postre, cuya masa no era de las mejores, más bien sosa y el relleno muy muy escaso. Unas croquetas de verduras que pedimos para compartir de la carta eran deliciosas, de gran tamaño y en cantidad suficiente. Las ensaladas, bien presentadas, un tanto escasas y pobres en variedad de hojas, pero aceptable. Inaceptables fueron unos canelones de espinacas, no por el relleno, que estaba bien elaborado y de buen sabor, pero la bechamel estaba ausente; se sirvieron con leche o con una bechamel de consistencia totalmente líquida. Ración escasa para ser de la carta, sólo tres y bastante delgados. La crema catalana, deliciosa. A la hora de pagar, por un malentendido se marcaron los platos del menú a precio de carta, y se anotó un doble servicio de pan que no fué. Se solucionó de inmediato y no se cobró nada por el pan. Relación calidad precio no ajustada. Aceptable para ir ocasionalmente.