Restaurant CARBO en Begur

Un restaurante en el corazón de Begur. Casa indiana.Preciosa con diferentes salas. Exterior e interior. Comida muy buena y servicio muy amable. Recomiendo la Picanya, la Provoleta y el steak tartar. En la sala donde estuvimos hacía calor.

Lugar precioso, es una casa indiana que conserva muchos murales. Servicio correcto. La comida es buena y de calidad. El precio acorde al lugar.

Un patio sombreado, un antiguo palacio indiano. Menú por 21 € con bebida incluida. Es difícil encontrar algo mejor en España. Servicio y platos impecables. Recomendamos los mejillones para quienes los disfruten.

¡Perfecto! El mejor restaurante de la zona. El precio es muy bueno, la comida y el servicio fantásticos. ¡Absolutamente genial!

La comida estuvo bastante bien, en general. Sin embargo, empezó a llover, así que nos metieron dentro y cuando por fin paró, lo cual fue cuestión de minutos, pedí mi mesa original afuera. Dijeron que no, que ya estaban reservados, así que nos sentamos solos adentro, sin ambiente. Luego me cobraron un 20% de más, lo cual señalé y corrigieron. Por favor, revisen su cuenta.

Especialidades de carne y algún pescado también buenísimo

Un lugar al que volvería a ir, calidad precio excelente, lo único que me ha mencionado ha sido más opciones en el menú.

Todo perfecto, muy recomendable.

Menu muy correcto y variado, de buena calidad y bien presentado, lugar acogedor y trato personal agradable. Lugar para repetir

El primer engaño está en las fotos que publica el local con mesas con manteles, no es de recibo que en un lugar donde la media son 90 euros no pongan ni manteles aunque sean individuales y tengas que pedir otra servilleta de papel para apoyar el pan con un mínimo de higiene. Para primero pedimos una ensalada del huerto y unas croquetas de cabrales cuyo pan rallado estaba pasado de fuego y frito en un aceite que había sido reutilizado más de la cuenta, para segundo unas costillas de cordero que estaban duras y eran de una calidad que no iba acorde con el precio, acompañado con una guarnición de tres patatitas mini asadas con la piel que habían cogido un sabor muy extraño y dos trozos de calabaza asada totalmente prescindibles, los camareros absolutamente inexpertos no saben decirte que hay en los platos y como en la carta te venden la guarnición aparte pedimos unas patatas fritas que acabaron intactas en el plato, mi pareja pidió un cochinillo a baja temperatura que venía acompañado de puré de patata, correcto sin más, para beber 3 copas de vino de la casa y un postre que compartimos consistente en un brownie de chocolate roto acompañado de pequeños merengues, el precio de 90 euros y pico fue absolutamente desproporcionado, a esto hay que sumarle un local desangelado con una luz mortecina y una acústica insoportable donde aunque esté medio vacío intentan ponerte de primeras en la mesa más pequeña e incómoda que tienen y tienes que pedir que te den otra o traigan una silla para poder poner el bolso, en fin, no lo recomiendo...