18/05/2025: Hemos estado cenando aquí cada vez que visitamos, que es varias veces al año y desde hace 8 o 9 años. Nos lo recomendó una pareja ex - pat que conocimos de nuestro amor compartido de los mismos restaurantes de la ciudad.
Lo que nos encanta es el ambiente, la calidad del servicio y por supuesto la comida. Antonio y su equipo son atentos, incluso hicieron una nota de lo que nos gusta y nos disgusta y siempre acomodan eso cuando cenamos aquí.
Es una excelente relación calidad-precio en comparación con gran parte de la competencia local y sin duda no lo conseguiría en casa por nada cercano a lo que pagará aquí.
Volveremos en octubre y volveremos a cenar aquí. Normalmente reservo 2 meses para evitar decepciones. Creo que lo difícil que es conseguir una mesa lo dice todo. No te molestes si intentas entrar en una noche y te rechazan, no dan abasto en el restaurante y siempre tienes tiempo suficiente para comer y beber a tu propio ritmo. Exactamente por qué seguimos volviendo.
13/05/2025: Fuimos a cenar al restaurante Palangreros porque habíamos visto buenas reseñas y decidimos ir a buscarlo. Está en pleno centro de la parte antigua de Fuengirola, aunque en una callecita algo escondida (la calle Palangreros), así que hay que saber que está ahí para llegar. Nos sorprendió que de domingo a jueves solo abren por las noches, algo poco habitual en una zona tan turística.
El local es bastante antiguo, con una decoración que va acorde a su historia. Aunque no es moderno, está limpio y bien mantenido. Eso sí, no tiene terraza, lo cual se echa en falta estando en una ciudad costera como Fuengirola.
Nos ofrecieron un aperitivo de mantequilla que no estaba mal. Empezamos con unas alcachofas baby con langostinos, pero las alcachofas sabían claramente a lata, lo que deslució bastante el plato. Es una receta que merecería una revisión, aunque eso implique subir algo el precio.
Después tomamos unos langostinos al pil pil (más bien al ajillo), que estaban buenos. Los chipirones sobre patata panadera no nos convencieron del todo: el chipirón estaba chicloso y la base de patata algo sosa. La carne, que venía con la misma guarnición, estaba bien hecha y tierna, aunque el acompañamiento repetía demasiado.
La tarta de queso del postre nos pareció correcta, sin destacar especialmente. El servicio fue lo mejor de la noche: muy amable y atento en todo momento. El restaurante estaba bastante lleno y ofrecen menús a buen precio, aunque nosotros pedimos a la carta y nos pareció que el precio no acaba de corresponder con la calidad.
En resumen, íbamos sin grandes expectativas y salimos contentos. No es alta cocina, pero se nota que lo hacen con ganas. La experiencia fue buena, aunque hay margen de mejora si quieren que el nivel de cocina esté más en línea con lo que se paga.