PSICOTAPAS en Gijón

08/12/2025: Buena cocina y atención un poco masificado

07/12/2025: ¡Oh,Sancho amigo, menester es que escuches con atención! Súbete que si el ingenio y la pluma de Don Miguel de Cervantes Saavedra pudiesen visitar esta Noble Villa de Gijon, sin duda darían buena cuenta y crítica festiva del ventorrillo que por nombre lleva El Sauco. ¡Aventura Gastronómica en el Sauco de Gijon! Cierto es que mi corazón, acostumbrado a las posadas de la Mancha , se ha visto gratamente sorprendido por la mesa y el mantel de este lugar.¡ Por vida del buen juicio y de las bellas artes! Digo y afirmó, sin miedo a que el Caballero de los Espejos me desmienta, que las croquetas que allí servían son dignas de figurar en los mas altos anuales de la gastronomía. No eran simples frituras ,¡ no señor ! Eran bocados de gloria, pequeños tesoros empanados que deshacian su misterio cremoso en la boca, haciendo que hasta el mas triste de los hidalgos olvide su melancolía. ¡ Un triunfo de la fritura que ni el propio Dulcinea osadía desdeñar! Paella de marisco: El manjar de Poseídon. Más si las croquetas eran la alborada, la paella de marisco fue el sol en su cenit. ¡ Un espectáculo para la vista y un festín para el paladar! La vi llegar, Sancho, espectacular y rotunda, rebosante de bichos de la mar: gambas, almejas y quien sabe que otros prodigios marinos, todos ellos durmiendo sobre un lecho de arroz dorado y sabroso. Si el mismísimo Nepturno, dios de los mares, hubiese querido obsequiar a Don Quijote, no habría encontrado mejor presente que esta paella. ¡ Una proeza del buen cocinero!. El Servicio : Hijos de la cortesía. Y¿que decir del servicio?¡Ahí, amigo, reside el alma de la posada! El personal , atento y diligente, cual escuderos leales , velaban por que la copa no se vaciase y el plato estuviese a pedir de boca. Pendientes del cliente a cada instante, con una cortesía que ya querrían muchos duques y barones de nuestros libros de caballerizas. El Dulce Agravio y la Promesa. Solo una sombra, ¡ay, que lastima!, empaño tan brillante comilona: la ausencia de postres.¡ Un pequeño entierro! Mas estoy seguro , Sancho , que si hubiesen estado disponibles , habrían sido el broche de oro , dulces y deliciosos, tan bien hechos como el resto de los manjares.