Prisma en Vallehermoso

Personal encantador y comida buenísima. Si podéis acercaros ni lo dudéis

Ubicación pintoresca, vista al mar, muy bien recibido, la camarera es sonriente, amable, servicial, buena comida, servicio rápido, buena relación calidad-precio.

Un restaurante con vistas al mar. Camareras muy agradables y los productos frescos. La comida estaba deliciosa y el arroz muy bueno que nos lo prepararon al momento. Muy muy recomendable!!

Nos encanta el Restaurante Prisma en Alojera. Al llegar, te impresiona la vista: la terraza da directamente al mar, y es el tipo de lugar donde simplemente quieres tomarte tu tiempo, arrullado por el sonido de las olas. La bienvenida es cálida, sencilla y honesta, justo como nos gusta, con un equipo sonriente y atento durante toda la comida. Elegimos el pollo a la parrilla y los espaguetis a la marinera. El pollo estaba perfectamente asado, sabroso y servido con una deliciosa guarnición casera. Los espaguetis, por su parte, estaban bañados en una sutil salsa con sabores marinos, contundentes y generosos. La cocina es sencilla, sin pretensiones, pero todo es delicioso y abundante. Se nota el cuidado que se pone para garantizar la frescura de los ingredientes. Si a eso le sumamos unos precios muy razonables para la calidad y la ubicación, tenemos un restaurante hermoso y auténtico al que simplemente querrás volver. Si estás de paso por La Gomera no te pierdas esta parada, es el lugar perfecto para disfrutar de una deliciosa comida con vistas al mar, en un ambiente relajado y familiar.

Un pequeño restaurante con bar súper bonito. La comida estaba deliciosa y la relación calidad-precio era perfecta. No te dejes intimidar por el viaje, ¡vale la pena!

Me recordó a los restaurantes de playa de los noventa que solo abrían en época estival . Comida sencilla y abundante. Acogedor

Nos recomendaron este sitio y después de nuestra experiencia podemos decir que valió la pena. Jamás imaginamos que en un pueblecito tan pequeño a orillas del mar pudiera haber un restaurante de tanta calidad. Pedimos arroz negro con sepia, croquetas de pescado y gambas al ajillo. Todo estaba riquísimo.

Una pequeña taberna en un lugar bastante escondido. No puedo decir si sigue siendo un sitio de confianza. Llegamos a las 4 p. m. y solo éramos unos 8 comensales. Sin embargo, la cocina ofrece siesta de 4:30 p. m. a 6 p. m. La taberna permanece abierta para tomar algo. Tomamos una ensalada de atún que fue suficiente para dos como aperitivo. También tomamos una shandy fría. El servicio fue amable y agradable. El espectacular acceso por la carretera que bordea el acantilado ya merece una visita. El pequeño pueblo enclavado en los acantilados lo merece aún más.

Fantástica comida en un enclave maravilloso. Fundamental el pescado fresco y las lapas.

Un sitio magnifico con un servicio aun mejor. Autentico y con un pescado que nos costara olvidar.