Chiringo al lado de la playa, con posibilidad de conciertos de tarde y sesión vermú ( hay que informarse de horarios y días).
La atención es perfecta, con calma, y sin pausa.
Tienen hamacas con vistas al mar en grupos de dos y cuando pregunté si podría mover una ya que éramos tres, la chica super natural me dijo, por favor como si estuvieras en tu casa! Es de agradecer de cuando en vez mentes un poco abiertas y gente natural.