Posada De Dona Urraca en Fermoselle

Mi familia y amigos suelen ser huéspedes habituales desde hace más de 10 años. Una parte de nuestra familia vive en Fermoselle. No puedo decir nada sobre las habitaciones ya que nunca las usé, pero sobre el restaurante y el servicio puedo decir lo siguiente: La comida siempre fue excelente, nunca hubo problemas con la calidad y cantidad, y el precio es apropiado. El servicio realmente está haciendo todo lo posible para ayudar y satisfacer las solicitudes del huésped. Lamentablemente: desde 2024 han sustituido la tarjeta de Menú impresa por un Código QR y un Menú online. Esto ha arruinado el ambiente noble y ha convertido este restaurante en otro "lugar cotidiano". Doña Urraca siempre fue una isla para desconectar de la digitalización y disfrutar de la vida, pero ahora ya no es un lugar agradable para desconectarnos. Este año hemos visto a muchos invitados encendiendo sus teléfonos móviles, en todos los lugares donde se puede: BingBing, TingTing, etc. Debido a que todos los invitados tienen que encender su teléfono para ver la tarjeta de menú, este no es un ambiente agradable para disfrutar de una buena comida y hablar con familiares, amigos o pareja. Por eso ya no visitamos este restaurante.

Remanso de paz y buen gusto hasta en el más mínimo detalle. Ambiente cálido, entrañable y familiar, con Isabel y Carmina, almas máter, que te acogen con su entrega y buen hacer. Imposible no volver. Juan y Concha.

Destacar la amabilidad y atención. Elegante decoración de todas las instalaciones y habitaciones. Limpieza. En cuanto al restaurante, muy buena presentación de los platos y excelentes productos: rico, rico.¡Muy recomendable todo!

Estupendo lugar que visitar, la posada muy bien desayuno muy bueno y variado habitaciones muy limpias y cómodas aunque la que reservamos era un poco oscura le pondría unas bombillas mas potentes por lo demás muy bien en el baño las toallas un poco pequeñas y muy husadas quizá deberían reponer y actualizar.

No puedo hablar de la posada en general porque solo fui a comer, pero tanto el servicio como la comida estuvo muy bien y cuando vuelva a Fermoselle iré a comer otra vez aquí. Sin dudarlo.

En línea con una de las opiniones anteriores. La comida regular y básica. La mayoría de los platos estaban medio fríos (croquetas, carrilleras, sopa de cocido). De nuestro menú se salvo la presa ibérica que si estaba muy tierna y las pochas al pil pil. La tarta de queso no estaba mala pero no repetiría. Las rosquillas de obsequio muy buenas. Pero lo peor de todo para mi el servicio. Se notaban que estaban incómodos con la presencia de niños pequeños (hizo varios comentarios al respecto tanto en la llamada para la reserva como a la llegada). La responsable de sala estaba acelerada, quiere llevar el peso de la sala pero con tanto comensal se le complica (la comunicación con ella no es fácil). El resto de camareros dan apoyo básico (llevar y recoger platos). Por suerte de precio está bien. Creo que no volvería salvo no encontrar otra opción cercana en caso de volver por la zona.

Te atienden rápido. Sólo cenamos. Tres platos para los dos. Pimientos rellenos (ricos), carrilleras (sin más) y bacalao al horno, que no estaba bueno. No me refiero al sabor o a si me gusta o no. Estaba malo, de calidad. Se lo dijimos y no nos hizo caso... Eso sí, te dan un aperitivo al principio y una rosquilla al final

Regentada por Isabel y su madre. Muy atentas y ayudando para explicarte opciones de excursiones por los alrededores. El restaurante perfecto, comida rica y abundante.

Habitación funcional pero pequeña. No sé parece a la foto publicada en cuanto a tamaño. La lencería está bastante desgastada y la segunda almohada sin funda. Desayuno correcto y comida excelente.

Restaurante muy agradable, comida muy bien elaborada, con platos tradicionales y algo de modernidad, pero precios elevados. Vistas muy bonitas desde el hotel.