Polini en Altafulla

Ideal para tomar una cervecita junto al mar

A cambiado, el personal ya no es el que era

Sin duda, para mi, el mejor restaurante de Altafulla. Todo el año excelente servicio. Buen producto. Camareros super amables. Cocina abierta todo el día. Un 10 a la buena hostelería. Fantástico.

¡Gran restaurante con una sensacional vista al mar! ¡La comida era muy sabrosa y se recomienda!

Una buena rerraza, unas vistas maavillosas y un sercio atento. Y la comida espectacular. Volveremos.

El Bar Polini en Altafulla ofrece un ambiente acogedor frente al mar y está regentado por un equipo con un servicio muy amable que hace la visita agradable. El servicio es atento y crea una atmósfera de bienestar, lo que siempre es una gran ventaja en un restaurante. En cuanto a la comida, se puede decir que la cocina se centra en la preparación fresca y sabrosa. La paella en particular es lo más destacado del menú y convence por su auténtica experiencia gustativa. Los entrantes, como los chipirones fritos, las patatas bravas y el estupendo pan con tomate, son de raciones generosas y de buena calidad teniendo en cuenta el precio. Las porciones son generosas, por lo que como huésped tienes la sensación de que estás recibiendo un buen servicio por tu dinero. Desafortunadamente, también hubo algunos puntos débiles. Los baños no estaban tan limpios como cabría esperar y no había papel higiénico. Esto resta valor a la impresión general y podría mejorarse con un poco de atención. Lamentablemente la sangría fue una decepción. Se sirvió con mucho hielo y una mezcla de vino tinto y Fanta, que dejó un fuerte sabor a edulcorante. Por 5 euros el vaso me esperaba una preparación más fresca y tradicional. Definitivamente todavía hay margen de mejora, sobre todo porque la sangría no cumple con la relación calidad-precio. En general, Polini Bar sigue siendo una buena opción para disfrutar de buena comida en Altafulla, suponiendo que no elijas la sangría como bebida.

Buen servicio y comida muy correcta.

Fuimos a almorzar aquí hace unos días. La comida era increíble, pero debido a la barrera del idioma, ¡terminamos con mucha más comida de la esperada! Originalmente pedí mejillones, patatas fritas y calamares, pero luego mi pareja pidió anchoas y chipirones. El camarero dijo que era demasiada comida, así que pedí cancelar las anchoas y los calamares. Sin embargo, todo llegó a la mesa. Hicimos lo mejor que pudimos para terminar todo y estaba todo muy rico pero definitivamente era demasiada comida. En general, fue un lugar encantador para almorzar.

Un pequeño gran restaurante en una ubicación privilegiada. Comida deliciosa y buen servicio!

¡Un hallazgo increíble! Almorzamos tarde: comimos ensalada verde y pescado con patatas fritas, junto con sus aceitunas rellenas. Absolutamente delicioso. Tomamos un par de copas del Rose recomendado, que era hermoso. Y el entorno… ¡¡¡Impresionante!!!