Pizzería Xuntos en Nigrán

Fuimos a las 14:50 aproximadamente. No tienen todas las mesas llenas pero porque no les da tiempo a limpiarlas e ir sentando a los siguientes comensales. Mientras que en otros sitios directamente nos decían que no había hueco, ellos nos atendieron y nos sentaron. Íbamos preparados para esperar, viendo lo que tardaron en sentarnos. Pedimos tres arroces del día y dos ensaladas, a las 15:30 lo teníamos todo por delante. El arroz espectacular y un pedazo de tamaño por persona, no pudimos ni tomar postre después. 18€ cada arroz y era casi que lo más caro de la carta, pero vi pasar varios platos que había visto más económicos y también estaban bien servidos. Los camareros muy agradables, uno de ellos nos dijo que era su jefe quién hacía el arroz. El baño limpio a pesar de la cantidad de gente que entraba y salía, con jabón, servilletas de secarte las manos y papel higiénico (cuando voy a un baño y no tienen jabón me echo a temblar con el baile de bacterias que tienen que tener). Un acierto total.

Permíteme dedicarte estas palabras nacidas desde la más profunda admiración y gratitud. No es habitual encontrar personas que ejerzan su labor con tanta pasión, entrega y calidez humana como tú lo haces. Desde el primer momento, se percibe en ti algo que va mucho más allá del simple cumplimiento de una función profesional: tu manera de atender, de cuidar cada detalle, de ofrecer una sonrisa sincera, transforma cualquier visita en una experiencia acogedora, entrañable y absolutamente inolvidable. Tu amabilidad no es impostada ni forzada; brota con naturalidad, como una virtud inherente a tu ser. Eres ese tipo de camarero que eleva la profesión a una forma de arte: no solo sirves mesas, sino que creas un ambiente, una atmósfera de confianza, de bienestar y de calidez, que hace que uno desee volver, no por la comida ni por el lugar, sino por ti. Tu trato cariñoso, tu presencia siempre atenta pero jamás invasiva, la forma en que recuerdas los gustos de los clientes, cómo cuidas cada gesto y cada palabra… Todo habla de un profesional con una vocación excepcional y con un corazón aún más grande. Se nota que pones alma en lo que haces, y eso es lo que marca la diferencia entre un simple servicio y una experiencia que se queda grabada en la memoria. Has conseguido algo verdaderamente difícil: que las personas no vengan simplemente a comer o a pasar el rato, sino a disfrutar de tu compañía, a dejarse envolver por ese encanto natural que tienes y que convierte lo cotidiano en algo especial. Hay quienes trabajan por obligación, otros por necesidad, pero tú trabajas con amor, y eso se siente en cada instante. Ojalá el mundo tuviera más Cristians: personas que dignifican lo que hacen, que entienden que el verdadero valor está en los pequeños gestos, en la generosidad, en la humildad y en la calidez con que se trata al otro. No solo eres el mejor camarero; eres, sobre todo, una gran persona. Gracias por tu esfuerzo constante, por tu dedicación silenciosa, por hacer que cada visita sea una celebración. Que nunca te falte el reconocimiento que mereces, porque lo que tú das no tiene precio. Con todo mi respeto, admiración y cariño,

Buenas cantidades y mucha variedad.

Las pizzas están muy buenas y tienen buen tamaño, el servicio es bueno y rapido y todo ello a un precio adecuado.

No hay mucha variedad fuera de pizzas en la carta pero los bocadillos y el sándwich estaban muy ricos y rellenos

Comida correcta. Relación calidad-precio muy bien y atención rápida. Postre casero rico.

reservando un par de horas antes teníamos sitio.. las pizzas están ricas, no puedo hablar de lo demás ya que solo comimos pizza. El servicio bueno, aunque tardaron mucho en atendernos y en traer la bebida y la cena... Recomendable si quieres comer pizza, pero no tienes prisa.

Comidas ligeras, adecuadas para un entorno de playa.

Una pizza muy rica. El personal trabaja muy bien.

Comida muy rica, tanto para comer en restaurante como para recoger. La atención es encantadora y muy amables. Sitio ideal para comer en un bonito día de playa.