Petit Comite en Sóller

Bueno... Vivo en Mallorca de toda la vida y nunca he visitado el puerto de Sóller. Cogí con mis hijos el tranvía por primera vez para todos y nos llevó al puerto. Zona masificada a restaurantes. En cualquier lugar hay uno. Hay para elegir un porrón y doy gracias por haberme fijado en este. Sinceramente estábamos mirando la carta de otro restaurante con lo típico: pescados, pastas, carnes... De repente veo salir a un camarero con una bandeja de comida asiática y dije: "wow, esto tiene buena pinta". Me paré a ver la carta del noname y la verdad es que me llamaba mucho la atención. Es como un oasis entre todos los "typical paella, typical pizza y typical pasta". No solo en la comida. Ves lo bien vestidos que van los camareros y dan envidia. Ves lo bien decorada de su terraza y da envidia. Ves lo bien decorado de su interior, y da envidia. Sobresale en todo respecto a sus competidores. Pan con aceitunas y alioli. El alioli con un toque a hierba que no sé distinguir, bastante suave. Los bollos de pan tiernos. Me encantó, y lo digo muy en serio, que el menú de niños se alejara del típico: "nuggets con patatas fritas". Una de las opciones era pollo o pescado a la plancha con arroz, con tomatitos cherry o con brócoli. Olé. Es uno de los pocos sitios donde hemos podido elegir A GUSTO un menú para mi hijo, porque él come verduras y casi ningún restaurante ofrece ese tipo de menú para niños. Para empezar unos mojitos sin alcohol, bastante correctos, 7€ creo recordar por cóctel, pero la cantidad es abundante. Un vaso grande hasta arriba que te dura toda la comida si no te da el ansia de bebértelo de golpe. De entrante un pan nan con tzatziki casero y con hummus también casero, o eso parecía. El hummus subido de comino, cosa que no me molestó, aunque si no te gusta la especia, descártalo. Platos principales: wok de verduras y pollo. Tremendo. Verduras cocidas pero con un punto crocante (sin pasarse), arroz en su punto y pollo delicioso. Trío de ceviches. Ricos, el último con toque bastante picante, lo que me gusta mucho. Postres: tarta de queso con piña caramelizada. Vino al lado la piña caramelizada como se ve en la foto y creo que es lo único que no nos convenció. Estaba bastante ácida y fue lo único que nos dejamos en los platos de todo el día. Ahora bien, el arroz con mango de postre... Madre del amor hermoso. No había probado este plato nunca, y no tengo con qué compararlo, pero ojo lo buenísimo que me estaba. Refrescante, toque a mango justo pero necesario, la leche de coco le da un sabor estupendo y los toques de sésamo geniales. Lo único que me sobró era la menta, pero aún así, cayó todo el postre entero. Repetiría una y otra vez postre. Todo eso coronado con un excelente servicio, sobre todo por parte de uno de los camareros que estuvo charlando con nosotros, haciéndole gracietas a mi hijo y haciendo la comida más amena, sin llegar a ser pesado. Chapó todo en general. De hecho, si vuelvo, tengo clarísimo que repetiré en ese restaurante. La cuenta no me la llevé, pero: 2 cócteles sin alcohol 1 botella de agua 1 pollo con arroz para niños 1 pan nan pan con aceitunas y alioli para todos 1 wok de verduras y pollo 1 trío de ceviches 1 tarta de queso 1 mango sticky rice 1 capuccino 107€. No sé si es caro o barato, pero el precio es relativo siempre. Yo comí de lujo, así que me pareció un precio nada exagerado, sobre todo para la zona donde nos encontrábamos y los pagué más a gusto que en cualquier otro sitio donde hubiera comido "normal" y me hubieran cobrado lo mismo. Enhorabuena al equipo de noname. Lo recomiendo muchísimo.

Serveurs très gentils avec les enfants , carte bien variee, vu sur le port , on aurait pu avoir peur que attrape touriste mais pas le cas ! Tout était bon de l entrée au dessert ! Revenu plusieurs fois donc on a teste pas man de chose , tout parfait !