Pazo Do Souto en Carballo

Es como estar en un palacete de s. VIII o principios del XIX. Miguel el dueño es una excelente persona y saber hacerte fácil la permanencia. La decoración va acorde al Palacete. Los desayunos , tanto dulce como salado. Fuimos en temporada baja y el restaurante y el bar no estaba en funcionamiento. Tampoco pudimos usar la piscina, pero tenía muy buena pinta. Nuestra habitación tenía jacuzzi. Un extra gratis. En fin encantados con el dueño como con el alojamiento.

Han sido unos días maravillosos. Nos hemos sentido como en casa, gracias a Miguel (su dueño). Todo han sido facilidades y una atención bárbara. Solo añadir que volveremos a ver a este gran amigo.

Hemos está semana.El pazo es espectacular y el entorno precioso. Pero sin duda me quedo con lo mejor que es su dueño Miguel . Miguel es una persona amable y encantadora en su trato. Además nos ha preparado unos desayunos de cuento. Llegamos clientes y nos vamos amigos. Sin duda volveremos

El jardín y el hotel son muy buenos, con aparcamiento privado y piscina. El hotel fue el punto de encuentro de una quedada fotográfica y fue maravilloso. El lugar elegido para la celebración fue muy bueno

Hay lugares mágicos que uno encuentra como este Pazo. Pero sobre todo personas especiales como Miguel que nos acogió con todo el cariño. Gracias por todo, ha sido una estancia increíble. Repetiremos sin duda

Llegamos al Pazo do Souto después de varios días de ruta en moto y no pudimos haber elegido mejor. El lugar es mágico: un pazo con muchísimo encanto, rodeado de naturaleza y con todas las comodidades para descansar y recargar energías. Lo que realmente marca la diferencia es la hospitalidad. Miguel, el anfitrión, es una persona maravillosa. Desde el primer momento nos hizo sentir bienvenidos, nos ayudó con todo lo que necesitábamos (incluido un sitio seguro para dejar las motos) y nos trató con una calidez que nunca olvidaremos. La habitación era muy cómoda y silenciosa, ideal para descansar. El entorno es perfecto para relajarse, pasear y disfrutar del paisaje gallego. Además, el desayuno fue espectacular: casero, variado y abundante. Recomendaríamos este lugar a cualquiera, pero especialmente a quienes viajan en moto y buscan un sitio especial donde sentirse en casa. ¡Gracias, Miguel, por una estancia perfecta!

Estamos de ruta en moto y encontramos este sitio por casualidad, ¡y qué acierto! Es, sin duda, el lugar más espectacular en el que hemos dormido en todo el viaje. Un rincón tranquilo, lleno de encanto y perfecto para desconectar. Además, Miguel, el anfitrión, es un 10: amable, cercano y siempre dispuesto a facilitar todo lo que necesites. Desde el primer momento nos hizo sentir como en casa. Si el lugar ya es maravilloso de por sí, con Miguel la experiencia es simplemente inmejorable. Recomendadísimo, sin lugar a equivocarse.