Pastelería con verdadero encanto. Postres no excelentes...lo siguiente! Excelentísimos! Todos los pasteles los hacen ellos mismos, tanto la masa, como todo lo demás. También hay postres húngaros (zserbó, rétes, Rákóczi túrós, etc.), ya que los dueños son húngaros. El café buenísimo, el trato familiar. Local limpio, muy bonita decoración. Un 11 de 10. 😍❤️