Parador de Cangas de Onis en Cangas de Onís

No siendo ni el primer ni el segundo parador que visitamos, en el de Cangas de Onís, hemos de destacar la gran labor de su director, ofreciéndonos a la llegada al mismo una explicación sobre el edificio y la historia de su entorno, además de una gran oferta cultural diaria. Todo el personal muy amable y siempre con una sonrisa. Volveremos con más tiempo para poder aprovecharlas mejor.

Lugar precioso en un entorno fantastico, ideal para descansar, el edificio precioso y acogedor, sin embargo la habitacion muy obsoleta es la palabra, el termostato no funcionaba y hacia muchisimo calor. El desayuno mucho que mejorar por el precio que se paga, salvo el zumo de naranja todo muy industrial y muchas cosas eran el postre de las comidas. Aun asi mi mujer y yo hemos descansado que era nuestra finalidad.

Un lugar encantador, y con un restaurante magnífico, donde los platos fueron excelentes, y la atención fabulosa. Volveremos.

Estancia familiar de celebración espectacular!! Todo de diez, la comida, el servicio, las habitaciones…, Especial mención a la amabilidad especial der Sr. Santiago, director de recepción. Parador súper recomendable! N

El personal super atento, muy amables siempre. Muy buenas instalaciones. Gran desayuno buffet

Vamos a tomar café porque nos gusta el parador y su ubicación rodeado de verde por todas partes. Situado En un paraje muy idílico. En distintas ocasiones hemos podido presenciar algún concierto de navidad y actuación de una coral de Cantabria. El Director es muy agradable y cercano.

Por delante va la felicitación al director y toda la plantilla del parador que se esfuerzan para programar actividades y hacernos sentir unas jornadas inolvidables. La amabilidad y el buen hacer se unen a las excelentes instalaciones y a la sensación de lugar histórico. Cinco estrellas. Aunque hace ya muchos años que dejó de ser monasterio y de observarse la regla del silencio, lo cierto es que en Paradores buscamos el relax de la conversación pausada. Roto en este caso - al final me llamarán el maniático del silencio- por un grupo de "montañeros" extranjeros que con sus risas desaforadas y su conversación vocinglera molestó en grado sumo al resto de los usuarios del comedor. Estas personas imitan el vocinglerío patrio y hacen en nuestro país lo que no les dejan hacer en el suyo. ¿Cómo se podría arreglar el incivismo? Aparte de "arriesgar" llamando la atención a los incívicos, se podría incluir en carteles, avisos y documentos la petición de respetar la tranquilidad de los demás. En el caso este, un antiguo monasterio, explicar que la regla del silencio desapareció hace muchos años, pero demandar comprensión y respeto en un lugar que se caracteriza por la búsqueda de tranquilidad y sosiego.

Y además con visita teatralizada

Afortunadamente, los paradores siguen a la cabeza en los alojamientos de 4 estrellas. En general, no tienen comparación con los hoteles de la misma categoría. A la hora de hacer valoraciones tengo en cuenta varios asuntos, como por ejemplo, la historia del parador, su ubicación, su entorno y alrededores, el estado de conservación del edificio y de los jardines si los hubiere, las características de las habitaciones y del baño, el horario de la cafetería, los detalles del comedor y, por supuesto, la calidad del servicio de restauración. Me temo, que después de la pandemia los hoteles han decidido suprimir los pequeños detalles: una botella de agua y una pieza de fruta, y los baños con los kit de limpieza de dientes y de afeitar. Sorprendentemente para mí, esta medida también la han seguido los paradores. El estado de conservación es mejorable y la visita guiada me pareció una tomadura de pelo. Le iba a poner 4 estrellas, pero la amabilidad, disponibilidad y eficacia de la Sta. Covi, compensa los fallos mencionados. Eso y el desayuno.

Todo el personal fue amable y el alojamiento era cómodo. Me encantó el aire fresco y el sonido de los pájaros por la mañana. Recomiendo el desayuno.