Es un lugar encantador, un poco pequeño en la planta superior, pero el café, las bebidas y las galletas son realmente increíbles. Estuve allí y probé el hornazo, una empanada típica de Salamanca... y fue más que increíble. Recomiendo ampliamente este lugar para charlar y tomar un café; seguro que volveré en mi próxima visita.
Pequeño local con una gran carta de vinos (por algo se llama di-vino).
Con la bebida te dan unas patatas de bolsa (si quieres). También puedes comprar comida de la tahona que está al lado. Así que si quieres comer un bollo de la tahona sentado y bebiendo algo entra sin dudarlo.
Si algo no tienen pídelo que se acercan al local de al lado.
Precio normal para la zona en la que está.