Pa i Raim en Palafrugell

Una experiencia gastronómica muy especial,por la calidad de la comida,con sabores exquisitos,sumado a una presentación muy buena

Restaurante ubicado en la casa solariega del gran escritor catalán Josep pla de 1898. Tiene distintos ambientes comedor interior comedor con vidrieras y una terraza para el verano. Mesas muy bien montadas y una vajilla de diseño muy adecuada. 4 menús de temporada y carta. Nosotros elegimos el menú del arroz que era cuatro entrantes y el plato principal os puedo asegurar que fueron excelentes, de postres elegí una taten de manzana que no había comido nunca con una presentación que era un estallido de diseño ,de flores,de texturas con un helado excelente. Es la cuarta vez que lo visitamos y no defraudan.

Atención al detalle y decoración excelente. Todos los platos muy buenos

Excelente lugar para ir a pasar una maravillosa velada,en pareja con amigos o reunión de trabajo. Comida excelente,bien presentada i deliciosa muy buena relación calidad precio,ya que se nota una cocina elaborada y con productos de calidad Cabe destacar el trato de Loli jefa de sala y Gerard,que fue el camarero que nos atendió. Los dos simpáticos agradables y muy profesionales Un sitio para volver a repetir.

Lugar maravillosamente decorado, una casa de época de estilo victoriano, decorada a la perfección, con toques de originalidad. El patio de color bígaro, adornado con un gecko trepando por la pared, es algo único, con columnas verdes y ventiladores de techo. Interior elegante, tonos pastel y mesas bien presentadas. Jardín con árboles y luces para calentar la velada, una auténtica joya. Por unos instantes me pareció ver entrar a Maryl Streep con su rifle de caza y su sombrero de ala ancha con mosquitera, maravilloso. El menú para compartir es generoso, sabroso y colorido. Los mejillones con almendras y albahaca están riquísimos, las gambas fritas quedan crujientes a la perfección, los taquitos de salmón y los estupendos boquerones especiados. Muy buena variedad de sabores. Cambié mi segundo plato por un tartar de gambas crudas, realmente espectacular, aquí el producto es 0 km y por tanto excelente. Los dos postres se suceden, ricos, casi demasiado ricos, desde las frutas del bosque hasta la mermelada de tomate con bombones de chocolate. Todo bien, pero lo definiría como demasiado. En la cocina como en la vida, a veces hay que elegir y muchas veces menos es más. En este caso, considerando que el producto es muy bueno, reduciría las guarniciones, flores, brotes y sabores innecesarios, sobre todo en postres y platos crudos. No vale la pena esconder algo delicioso debajo de capas de diferentes sabores sólo para "decorar" el plato. En general, una experiencia agradable. (Siempre tienes tiempo de quitar, hubiera sido peor no saber qué añadir y en cambio, está bien.) Gracias por el atento y atento servicio,

Opción de Menús (arroz/fideos o pescado) y Carta. Calidad-Precio excelente. Un lugar en el que repetimos cada año.

Buen menu degustación con pescado (corvina excelente), buenos entrantes para compartir ( croqueta de gamba de Palamós excelente) para mi gusto, hubiese preferido otro tipo de postre con menos crema.

Un 10 en todo! Platos muy bien elaborados con una presentación atractiva y atención prestada en los detalles. Una casa señorial reconvertida en restaurante con espacios amplios y decoración acogedora. Historia y detalles en cada rincón. Cuenta con terraza trasera y patio, para los amantes de espacios exteriores. Recomendación: dejar hueco para el postre, están todos buenísimos.

En pleno Emporda, se enmarca este restaurante familiar de calidad excelente. Hay varias opciones de menús para poder adaptarse a las necesidades de cada comensal, con una calidad y un cuidado por parte del personal a destacar. Cocina catalana con gran cantidad de técnicas culinarias de vanguardia, pero usadas de forma que aportan. Unos postres cuidados y redondos cierran una comida espectacular y a un precio realmente competitivo. Este restaurante está a un pequeño paso de una estrella, aunque no se si realmente lo necesitan, porque su homenaje a l cocina catalana tradicional es en su ya un reconocimiento. Además y para sumar, una ambiente muy cuidado e integrado en Palafrugell es el marco ideal para este restaurante.

Es nuestra segunda visita y repetimos el menú degustación que creo ha incluso superado el del pasado año. La casa es preciosa y el servicio correcto. Los primeros a compartir buenos i el Lluç de Palangre exquisito. Todo acompañado por un buen vino del Emporda. Para repetir!