Octopus Pompeu Fabra en Girona

Lo mejor de Girona en pescado y marisco.

Excelente servicio, el sabor de la comida, buenísimo!!!

Una vez más venimos desde Andalucía y nos vamos encantados, el arroz de pulpo buenísimo y el negro también. Los postres caseros y muy buenos y la atención que hemos recibido de Guido y Fernando ha sido inmejorable. Creo que Guido es uno de los mejores camareros que he visto en mi vida. Un saludo!!

Paella y postre deliciosos. Ambiente muy agradable.

Producto de primerísima calidad y preparado de forma sencilla, clásica y en su punto. No defrauda. El servicio es cercano, ágil, educado, sientes que van per feina pero no te meten prisas. El ambiente es familiar, las mesas están cerca unas de otras (me parece apto para celebraciones familiares, quizás no para ocasiones íntimas o veladas muy especiales). Siempre es una apuesta segura en Girona.

Todo el personal fue muy amable. La comida estaba buenísima; pedí croquetas de bacalao y calamares. La ración era abundante, pero de buena calidad. El menú del día solo costó 20 €, un precio estupendo.

Probamos el menú de entre semana y las cantidades, la calidad y el precio no pudieron ser mejores Super recomendable!!

Deliciosa selección de mariscos frescos y platos de arroz.

Excelente restaurante de mariscos donde podrás seleccionar de la barra de mariscos y/o pedir platos previamente preparados como el pulpo. Excelente comida y servicio, además de una carta de vinos decente por copa.

Fuimos a cenar y pedimos unas vieiras, unos peces pequeños y unas navajas como aperitivos. Quedaron bien y estuvo genial porque puedes elegir la cantidad que quieres de cada plato y pagas al peso. Como plato principal, inicialmente queríamos compartir una paella pero el chico insistió en que necesitábamos dos, ya que sus porciones de paella solo eran para una persona. Eso hicimos y nos salió bien, ni siquiera pudimos terminar la primera paella y dejamos las otras sin tocar. No se disculpó y lo único que nos molestó fue haber desperdiciado la comida más que cualquier otra cosa. Él simplemente dijo: "No te preocupes, llévatelo" en una actitud casi despectiva y algo así, pero decidimos dejarlo porque era tarde y, de todos modos, no creo que hubiéramos podido guardar las sobras para el desayuno en nuestra pequeña habitación de hotel. Deseamos que la gente no intentara vendernos con fuerza y que la experiencia hubiera sido mucho más placentera.