Llevo desde Septiembre desayunando en este bar y me encanta, tanto el ambiente, como la música, los mensajes ocultos en los libros...Tienen una gran variedad de infusiones y tartas (la de queso 🤤) y los croissants son los mejores de Zaragoza. Diana es de las camareras más eficientes que he conocido nunca, amable, rápida y discreta. Lo recomiendo.

Los productos no están mal pero le pregunté a la camarera sobre un producto y me puso una cara muy desagradable, tanto que me hizo sentir que mi pregunta era una estupidez. No se puede poner esos caretos a nadie, y menos de cara al público.