Minigolf Bar Cristobal en Sant Llorenç des Cardassar

Minigolf bien cuidado con hoyos interesantes y creativos. No califico la comida, no la he probado.

Buen restaurante con opciones de entretenimiento (minigolf, piscina). La comida estaba buena y caliente, y la mayoría del personal hablaba alemán. Nuestros amigos por fin pidieron un plato de escalope, y la relación calidad-precio fue decente.

chicos lindos... haciéndote sentir bienvenido... y la primera impresión es muy importante ❤️

Acabamos de comer 4 personas... ensalada de atún, entrecot, medio gallo y filete de cerdo... todos quedaron satisfechos... estaba buenísimo, volveremos

¡Solo estoy calificando el golf! Un gran inconveniente es la falta de césped artificial o alfombra; la pelota rebota de forma poco natural en los bordes metálicos. Bastante caro, 7,50 € para un adulto. Hay un prado para caballos al lado y huele un poco mal.

Comimos diferentes comidas y todas deliciosas. Precios muy razonables. A los niños les encantaron los juegos de arcade y el minigolf (aunque me costaron un ojo de la cara, jaja). Lo recomiendo muchísimo. El personal es muy amable y paciente con los niños.

27 euros por minigolf parece bastante caro, el lugar es bueno, hay caballos cerca, pero queremos capuchino y lungo y la camarera no sabe qué es, pero los niños se divierten en el minigolf y pasamos 1,5 horas allí.

Este lugar es una visita obligada para familias o amigos que visiten la zona. La comida es buena, la cerveza buenísima, pero lo que lo distingue de cualquier otro lugar es el servicio y la gran variedad de actividades que ofrece el bar. La sala de juegos, el minigolf y las televisiones con deportes convierten una agradable cena en una noche llena de actividades. El servicio es absolutamente excelente y el personal te hace sentir como en casa, algo que no siempre ocurre, especialmente en el extranjero. El personal era de todas partes, así que hablan varios idiomas. Cabe destacar que también hay un divisor de billetes de euro que permite dividir los billetes en euros más pequeños. Sin duda, no te lo puedes perder.

Hoy comimos paella en casa de Cristobal. Fue fantástico. El ambiente es simplemente genial.

Nos alojábamos en el hotel al otro lado de la calle, un bar restaurante estupendo para picar algo o tomar algo. Éramos 15 personas, de entre 12 y 84 años, y el personal siempre fue muy atento. Los niños podían jugar al billar, al ping-pong o al minigolf mientras los adultos tomaban algo. Comimos allí tres veces y volvimos a desayunar una mañana. El menú tenía mucha variedad y la comida siempre estaba deliciosa. Un agradecimiento especial a Joel, Dominick y Olga por su atención constante.