Mesón do Campo en Vilalba

Simplemente fantástico, personal muy competente, dirigido y gestionado por los propietarios. Increíble selección de vinos y uno de los mejores sumilleres de España. Esta es una experiencia gastronómica que no debe perderse.

¡No te pierdas este restaurante! Prepárate para comer mucha comida deliciosa. Tu estómago te agradecerá haber venido a este increíble restaurante. Los platos eran preciosos y el ambiente también.

Buena experiencia, un lugar diferente a los de la zona. Una carta bien pensada, actualizada según la temporada con productos de calidad y platos muy sabrosos. El precio es elevado. Pedimos para compartir: volandeiras, croquetas de capón, arroz cremoso con venado y setas (estaba salado) y trufas de chocolate de postre. El espacio es muy acogedor, con pocos comensales y poco ruido, con una decoración diferente e interesante. Repetiré. Como punto a mejorar, la música de fondo estaba demasiado alta para mi gusto. Aprendiendo como comensales, modificamos las raciones sin preguntar el precio y la cuenta final subió considerablemente.

ES UN LUGAR ESPECTACULAR. Comida de 10, con producto fresco y creativo. El local es precioso y acogedor. El servicio muy cercano y atento. Pasamos una cena genial. Ya con ganas de volver. ¡Recomendadísimo! Gracias por todo.

Es mi restaurante favorito de todo el mundo y no lo digo por decir, he ido a sitios realmente destacados pero ninguno como este, te das cuenta que todo el local está cuidado al detalle, cada botella de vino, brandy lo que sea tiene un sitio y un propósito. Si comer bien fuese una religión ( que para mí lo es) este sitio sería la basílica De San Pedro. Bien ahora vamos con la comida, es sin duda excelente, la cubertería vinos platos absolutamente exquisito y sobre todo es un restaurante muy privado donde las mesas están lo suficientemente separadas como para poder hablar cualquier cosa. Cuando te recomiendan algo no abusan poniéndote lo más caro tienen una lectura del cliente exquisita. Ya para rematar tienen joyas como un brandy de 1960 que nos pusieron a mi padre y a mí que nos encantó. No se creo que he redactado esta reseña realmente mal pero me siento tan agradecido por el trato recibido que no he tenido tiempo para establecer una estructura narrativa en la reseña . al grano, volveré y le recomendaré a cualquiera que lo haga. Un saludo grande.

El sitio muy bonito y tranquilo,excelente trato del personal y la comida la verdad que deliciosa , muy rica ,recomendaría este lugar para cualquier evento familiar.Sin duda volveremos a visitarlo.

Mmm... un almuerzo rápido. Llegué aquí por pura casualidad; no me fijé en las estrellas Michelin, pero me gustaron los sofás y las mesas. No pedimos nada extraordinario: una tabla de quesos con anchoas y unas microtapas (por eso me cuesta juzgar la comida). La forma de servirlo y la celebración le dieron un toque especial al ambiente; nos sentimos como invitados especiales... ¡Valió la pena!

Excelente lugar para ir a comer, sabores increíbles en platos muy gallegos. El arroz con bogavante es el mejor que he probado, y he probado muchos.

Todo local, por bueno que sea, es susceptible de mejora, eso es algo evidente; de ahí que personalmente soy poco propicio a otorgar la máxima puntuación. Pero hay algunos casos, como es éste, en el que al momento actual han logrado un muy alto grado de excelencia. Porque ya lo es en su inicio. Una preciosa casa con una decoración típica y adecuada, acogedora a más no poder, en la que ya una vez acomodado te encuentras comofo y en el que con el trato que recibes te encuentras como en tu casa. No desentona el menaje, vajilla, cubertería, cristalería, etc. están a la altura sobradamente. Cocina con una carta muy variable en función del mercado, pero con una calidad tanto en el producto como en su elaboración muy por encima de lo muy bueno. Los postres extraordinarios y la bodega un lujo. Se le acusa de dos cosas, lentitud y precio elevado. Con respecto a la lentitud: si el producto lo mimas, lo haces al momento, y lo presentas en condiciones no puede hacerse con rapidez, que es la amiga de la precipitación, y de todas formas no llega a ser una lentitud desesperante. El precio: no es, evidentemente, barato. Pero hay que valorar la relación calidad precio. Si el sitio es bueno y comes bien, al cabo del tiempo no te acuerdas del precio, sino de la experiencia. Por poner algo en negativo, yo apuntaría la música. Personalmente no soy muy partidario de la música en los restaurantes (se va a disfrutar de una buena comida y de una buena conversación) , y no voy a decir que se suprima, pero sí que la pondría a menor volumen. Con respecto al personal, pues un solo apunte, si el sitio es excelente es porque lo hace el personal a su imagen y semejanza.

Comimos a la carta en un día especial como es el día de la madre. Todo los platos estuvieron muy bien cocinados, destacando el arroz con capòn y las Kokotxas de merluza. Muy buen servicio , demostrando empatia y saber hacer. Gran bodega. Sitio muy recomendable para días especiales.