Mesón do Campo en Vilalba

La comida estupenda, buenísima. Pero excesivamente carísimo. Sirva como ejemplo que una cerveza cuesta 4,00 €uros., 1 botella de agua de medio litro 4,50 €uris., un postre de milhoja de avellana 12,00 €uros., ,... Éramos 5 comensales

Todo perfecto, la atención, la comida, el ambiente, que parece que estás en el salón de tu casa. Las explicaciones,las sugerencias, son verdaderos entendidos y apasionados del buen comer y transmiten ese entusiasmo

Una experiencia fantástica de principio a fin. El restaurante es muy acogedor, con un ambiente agradable que invita a quedarse. La comida estuvo deliciosa, cada plato mejor que el anterior. El servicio fue impecable, y queremos destacar especialmente a Manolo, quien nos atendió de maravilla: nos explicó cada plato con detalle y nos asesoró con mucho conocimiento y amabilidad. Sin duda, volveremos. ¡Muy recomendable!

Muy muy buena la comida. El servicio fenomenal. Da gusto ir a sitios así.

Todo como siempre estupendo Trato genial y comida espectacular y perfectamente preparada

Me lo han puesto facil para describir este restaurante, solo con una palabra: EXPECTACULAR. Desde el minuto 1 que hemos entrado por la puerta hasta que hemos salido fue todo bonito, rico, bueno y amabilidad en abundancia. Gracias por esa cena tan maravisolla, que rico estaba todo. Para repetir sin duda alguna.

El local es precioso con una decoración espectacular llena de detalles. La atención es espectacular, con muchísimo interés y trabajo para seleccionar el vino que en nuestro caso acertó de pleno. La visita a la bodega para elegirlo es una excursión que hay que hacer. La comida está muy buena pero no es perfecta y para el precio que tiene creo que es lo que hay que exigir. El pan daba la sensación de que no está fresco, la mantequilla con trufa estaba muy buena. Las flores de calabacín muy buenas. La merluza estaba en su punto pero me pareció un plato pobre para el precio que tiene y el rosbif de vaca estaba buenísimo, con un toque picante y dulce a la vez y con un sabor a apio en medio que me sorprendió bastante.

Un lugar maravillosos que encontramos por casualidad cuando ibamos de paso e hicimos noche en Vilalba. Trato fantástico. Llegamos y enseguida nos atendieron con mucha amabilidad, pedimos para picar almejas, flores de calabacín y unis pimientos de padrón. Todo muy rico, las flores de calabacín un gran descubrimiento q recomiendo a todo el mundo. Todo acompañado por un vino blanco recomendado por el camarero, q estaba espectacular. Al final pedimos unas copas, mi marido pidió un whisky y el camarero no dudó en recomendarle uno, explicándole las notas ahumadas que tiene, incluso le explicó un poco de la historia del whisky. 100% recomendable por amabilidad, servicio, y la comida.

Todo local, por bueno que sea, es susceptible de mejora, eso es algo evidente; de ahí que personalmente soy poco propicio a otorgar la máxima puntuación. Pero hay algunos casos, como es éste, en el que al momento actual han logrado un muy alto grado de excelencia. Porque ya lo es en su inicio. Una preciosa casa con una decoración típica y adecuada, acogedora a más no poder, en la que ya una vez acomodado te encuentras comofo y en el que con el trato que recibes te encuentras como en tu casa. No desentona el menaje, vajilla, cubertería, cristalería, etc. están a la altura sobradamente. Cocina con una carta muy variable en función del mercado, pero con una calidad tanto en el producto como en su elaboración muy por encima de lo muy bueno. Los postres extraordinarios y la bodega un lujo. Se le acusa de dos cosas, lentitud y precio elevado. Con respecto a la lentitud: si el producto lo mimas, lo haces al momento, y lo presentas en condiciones no puede hacerse con rapidez, que es la amiga de la precipitación, y de todas formas no llega a ser una lentitud desesperante. El precio: no es, evidentemente, barato. Pero hay que valorar la relación calidad precio. Si el sitio es bueno y comes bien, al cabo del tiempo no te acuerdas del precio, sino de la experiencia. Por poner algo en negativo, yo apuntaría la música. Personalmente no soy muy partidario de la música en los restaurantes (se va a disfrutar de una buena comida y de una buena conversación) , y no voy a decir que se suprima, pero sí que la pondría a menor volumen. Con respecto al personal, pues un solo apunte, si el sitio es excelente es porque lo hace el personal a su imagen y semejanza.

Comimos a la carta en un día especial como es el día de la madre. Todo los platos estuvieron muy bien cocinados, destacando el arroz con capòn y las Kokotxas de merluza. Muy buen servicio , demostrando empatia y saber hacer. Gran bodega. Sitio muy recomendable para días especiales.