Mesón De As Veigas en Taramundi

Lugar con mucho encanto, tanto por la situación,como por las edificaciones y la decoración del interior. Precio demasiado alto para la cantidad y en el caso de la tarta de "queso" es cuajada de sobre hecha, la fabada 14€ por un mini cuenco de barro y el cachopo de ración 29€. Bien para tomar algo y conocer el sitio, pero para comer una estafa. Además no admiten tarjetas y no hay caja registradora, con lo cual todo se gana en "negro".

Un lugar maravilloso. La comida deliciosa y el trato de Rosa extraordinario. Volveremos.

Visitar el restaurante As Veigas, en pleno corazón de Taramundi, es una experiencia única que va mucho más allá de sentarse a la mesa. El local destaca por su cuidada decoración etnográfica y su mobiliario rústico hecho a mano, que transmiten la esencia de la vida rural asturiana y convierten el lugar en un auténtico museo vivo. La comida es un verdadero homenaje a la gastronomía asturiana: platos abundantes, sabrosos y elaborados con productos de calidad que mantienen el sabor de siempre. Fabada, carnes a la parrilla, embutidos artesanos y postres caseros se disfrutan con un toque hogareño difícil de encontrar. Mención especial merecen Rosa y Alfredo, los anfitriones, cuyo trato cercano, amable y lleno de atención hacen que la visita sea todavía más especial y acogedora. En definitiva, As Veigas es el lugar perfecto para disfrutar de la tradición asturiana en todos los sentidos: gastronomía, cultura y hospitalidad, rodeados de un entorno natural con un encanto inolvidable.

Entorno idílico, comimos fabada y cachopo y estaba muy rico, de postre el requeson espectacular acompañado de miel de sus propias colmenas, una pena que no la vendan . Muy aconsejable

Lugar idílico para comer. El sitio es muy bonito y aunque es algo complicado el acceso, merece la pena. La comida está bien de precio ya que está muy rica y las cantidades son acordes. Sin lugar a duda merece muchísimo la pena comer allí.

Solo aceptan efectivo. Lugar y comida increíble.

Desde el primer momento en que llegamos a As Veigas, Rosa nos recibió con una calidez y cercanía que hicieron que nos sintiéramos como en casa. No es solo una anfitriona, es el alma de este lugar, y se nota en cada detalle, en cada sonrisa y en el cariño con el que cuida de sus huéspedes. El hospedaje es acogedor, lleno de encanto y rodeado de una naturaleza que transmite paz y desconexión absoluta. Todo está pensado para que la estancia sea cómoda y especial, y se percibe el amor con el que Rosa mantiene cada rincón. La comida ha sido otro de los grandes regalos de la experiencia: casera, abundante y preparada con mimo, con sabores que te transportan a lo auténtico, a lo de verdad. Cada plato se disfruta como si estuvieras en familia. En definitiva, As Veigas no es solo un lugar para hospedarse, es una experiencia que se vive con el corazón. Gracias, Rosa, por tu generosidad, por tu trato y por hacer de nuestra visita algo inolvidable. Sin duda, volveremos.

SAMRESEÑA!! (Hay foto carta-precios y factura a mano). Comimos 5 personas adultas y comemos bastante. Voy a ser breve salimos por unos 23 euros aprox con café y postre. MUY ACONSEJABLE!!!! Pedir el cachopo si lo tienen fuera de carta es increíble, y todo lo demás una calidad espectacular. RESERVAR POR LLAMADA ANTES DE IR Y SE PAGA EN EFECTIVO!!! En resumen merece la pena ir porque es precioso y se come increíble!!!

El sitio es maravilloso, los empleados muy amables, la comida bien, sin mas. Hay que pagar en metálico a la “" jefa “. Dice que no hay cobertura, lo cual no es cierto. Pero eso que se lleva 💰

Un lugar singular, un pueblo espectacular y la dueña un encanto.