01/12/2025: Blanco Cerrillo es uno de esos bares de toda la vida del centro de Sevilla. Pequeño, siempre lleno y con la barra a rebosar, pero con muchísimo encanto. Está escondido en un callejón entre Tetuán y la Magdalena y se reconoce rápido por el olor a boquerones en adobo que sale a la calle, ya casi un símbolo de la zona.
La comida es sencilla pero muy buena: los boquerones en adobo son obligatorios, crujientes y con un punto de vinagre y especias que engancha. También funcionan muy bien las pavías, la ensaladilla y otras tapas clásicas de pescaíto frito. No es cocina “moderna”, es bar andaluz de manual, y ahí es donde brilla.
En cuanto a precios, siguen siendo bastante ajustados para estar en pleno centro: las tapas se mueven en torno a los 3–4 € y las medias/raciones de fritos y pescados suben algo más, pero en general se puede tapear bien por unos 10–15 € por persona con cerveza o vino, según lo que pidas.
El servicio es rápido y eficaz, pero a veces un poco seco: camareros de los de toda la vida, más de barra que de sonrisa, sobre todo cuando el local está a tope. No es un sitio para esperar grandes explicaciones ni trato “gourmet”, sino para pedir, comer y disfrutar del tapeo sin complicaciones.
El ambiente es el de tasca clásica sevillana: barra estrecha, gente de pie, poco espacio y mucho movimiento. Perfecto para una parada rápida de aperitivo con boquerones y cerveza bien fría; si buscas una comida tranquila sentado, igual te compensa más otro tipo de local.
En resumen, Blanco Cerrillo es un sitio imprescindible para probar el adobo más famoso del centro de Sevilla y vivir un rato de bar auténtico. No es cómodo ni refinado, pero sí muy auténtico y con una relación calidad–precio difícil de encontrar en esa zona.
28/11/2025: Parada obligada en el Centro de Sevilla. Pocos veladores y tapeo en la barra.
Destacan el adobo, la pavía, la tortilla de patatas, la ensaladilla, las croquetas carrillada.... cerveza bien fría y atención rápida y cordial.