Melia Hacienda Del Conde en Buenavista del Norte

Nos alojamos una semana en este hotel rodeado de montañas y con vistas al mar. Si la ubicación, la comida, los servicios y la limpieza son impecables, lo que realmente marca la diferencia es el personal. De hecho, pocas veces hemos tenido el placer de encontrar tanta gente amable, servicial, amigable y atenta con la que pudiéramos tener una relación que creara una verdadera sinergia. Así que, gracias a todos los que fueron tan atentos y nos hicieron sentir bien y como en casa. ¡No es un adiós, sino un hasta luego! Alice y Manuel

Cuando llegué al hotel, me pareció que no eran muy atentos. Al entrar, esperé un buen rato antes de que se acordaran de preguntarnos qué queríamos beber y luego nos trajeran toallitas húmedas. ¡Para ser un hotel de cinco estrellas, son muy atentos! ? ? En segundo lugar, cuando llegamos a la habitación, el primer día solo había una botella de agua. Después, necesitábamos agua. Había botellas pequeñas en la nevera. Una botella pequeña parecía costar 3,5 o 3,9 euros. Para dos personas, había al menos 8 botellas pequeñas al día. ¡Debo decir que el hotel fue muy atento en este aspecto! Por ejemplo, las toallas de baño estaban muy sucias, pero se resistían a cambiarlas. ¡Otra vez es falta de atención! Cumplieron con algunos detalles demasiado bien. Cuando fuimos a cenar al restaurante, el servicio no fue muy bueno. Sabemos que el hotel cobra un 10% por servicio, y el servicio fue regular, así que no pagamos nada extra. Cuando el camarero nos pidió que firmáramos, nos preguntó si podíamos darle una propina. (Creo que la di porque realmente quería. Cuando mi corazón está dispuesto a dar, no hace falta que me recuerden si debo dar propina. No les debo nada a cambio. Mi amabilidad es gratuita, no forzada. Estoy dispuesto a aceptar un intercambio de valor, pero no quiero que me "convenzan" emocional ni energéticamente. Si estoy dispuesto a dársela hoy, es porque creo que lo merecen, no porque me lo pidieron). Este es un punto que me incomoda mucho. Pero el último día, el taxista que el hotel nos ayudó a reservar fue realmente confiable y sincero. El taxímetro se rompió a mitad de camino, y mi esposo lo consoló diciéndole: "No importa, estamos dispuestos a pagar lo que sea". Finalmente le pagamos 120 euros, pero insistió en cobrar solo 100. Le dijimos: "Muchas gracias por llevarnos a ver paisajes tan hermosos por la carretera". La sinceridad y la amabilidad son una energía bidireccional. El paisaje es hermoso y conocí la puesta de sol en la estatua de Buda. Vine aquí respondiendo a la llamada de mi corazón y escribí mi experiencia y sentimientos en él. Este es un hotel muy especial. Mi experiencia comenzó con "no estar atento" y terminó con "ser conmovido por la sinceridad". Esto también refleja el tema de mi viaje: la frecuencia más alta es estar atento. Espero que sigan insistiendo en la belleza de los detalles, como la pureza del jugo de naranja para el desayuno, y también espero que puedan resaltar algunos momentos desenfocados, como el saludo inicial del servicio, el agua y las toallas en la habitación. El taxista que me contrataron me hizo ver el "corazón en el paisaje", lo que me hizo sentir que este viaje valió la pena. Gracias por llevarme a completar este viaje interior. Hice un video, hecho con el corazón, y espero que puedan sentirlo. —— Intercambia corazón por corazón, y responde a cada invitado que te elige con amor, que es tu mayor valor.

Súper buena experiencia. Hotel precioso. Habitación espectacular . Personal encantador. Muy buena oferta en el bufet del desayuno y cena. Música en directo algunas noches en la terraza. Masaje en el spa de 10!

Espectacular, todo cuidado al mínimo detalle! - Te dan albornoz y toalla. - Los vestuarios ( con taquillas para dejar tus cosas personales) y las duchas impecables, con gel de ducha, champú y acondicionador. - Nada más entrar a la recepción se respira un ambiente de tranquilidad y relajación. - Las piscinas muy bien cuidadas al igual que las camas y tumbonas. - Al finalizar el circuito spa, te puedes tomar una infusión o un café tranquilamente. Y todo esto a manos de un excelente personal.

Tuvimos el placer de alojarnos en una increíble joya escondida, a aproximadamente una hora y veinte minutos en coche del aeropuerto. El trayecto se divide equitativamente entre una carretera principal y una tranquila ruta montañosa, lo que lo convierte en un viaje tranquilo y aventurero. El hotel ofrece aparcamiento para huéspedes y, a nuestra llegada, el maravilloso personal nos recibió cálidamente, ofreciéndonos bebidas a nuestra elección y acompañándonos a nuestra habitación. Nuestra habitación tenía impresionantes vistas al campo de golf y al mar. El hotel ofrece un buffet con una amplia variedad de comidas, lo que garantiza que todos encuentren algo que les guste. El restaurante está magníficamente ubicado, con impresionantes vistas a las piscinas. El personal fue excepcional, siempre con una sonrisa sincera, y realmente nos hicieron sentir como en casa. Puedo decir con seguridad que la gente de Tenerife es de las más amables que he conocido, especialmente Viktor, Kervin y el resto del equipo, que prestaron atención a cada detalle y siempre estuvieron disponibles para ayudar. También tuvimos el privilegio de visitar el spa, donde los masajistas fueron excepcionales. Las instalaciones del spa fueron fantásticas, lo que mejoró la experiencia en general. El campo de golf se mantiene en un alto nivel, con interesantes hoyos con vistas al océano Atlántico. Estos hoyos son particularmente pintorescos, con un excelente encuadre desde el tee hasta el green. Si bien el campo puede ser desafiante con viento, es posible obtener una puntuación baja cuando el viento amaina. Además, cuenta con excelentes instalaciones de práctica, que incluyen un campo de prácticas, dos putting greens y una zona de práctica de chipping. La moderna casa club ofrece excelentes vistas y cuenta con un gimnasio básico con diversas clases de fitness. Las piscinas son espaciosas: la principal es más cálida y la otra está diseñada para ser más fría. También hay un pequeño jacuzzi climatizado para relajarse. Las noches son encantadoras con chimeneas y música en vivo, y el hotel cuenta con numerosas áreas para relajarse, con juegos de mesa en diferentes plantas. También hay servicio de transporte al campo de golf. Podría escribir fácilmente un libro sobre mi experiencia en este increíble hotel. Si disfruta de impresionantes vistas desde el tercer piso o superiores, este es el lugar ideal, con balcones y sillas relajantes. Este hotel ofrece una excelente relación calidad-precio y sin duda volveré pronto. Gracias a todos por su excepcional y profesional servicio; ¡hicieron que nuestras vacaciones fueran realmente memorables!

Lugar tranquilo, servicio muy atento, buena comida. Pura relajación. Gracias por esta encantadora estancia. También para ciclistas, no sólo para golfistas...

Increíble hotel para relajarse y desconectar, con varias piscinas (una infinity al borde de un acantilado) y decorado con mucho estilo, todo renovado. Habitaciones grandes con cama king size muy cómoda; además de todas las comodidades que se puedan imaginar; como dos televisiones (en junior suite una con AirPlay en el salón y otra en la habitación); bañera y ducha (con amenities como sales de baño y otras) La calidad y la variedad de la comida en el buffet es espectacular. A partir de las 16-17 de la tarde pueden aparecer unas nubes que se conocen como “panza del burro”, que te impiden aprovechar el sol, pero sigue haciendo calor por lo que puedes aprovechar para estar relajado en la tumbona. El campo de golf buenavista está a 5 minutos andando (aunque te pueden llevar desde el hotel) y tiene unas vistas espectaculares del océano. Volveremos seguro. EDITO: Hemos vuelto después de 6 meses y volvemos a confirmar que es el mejor hotel de la isla; reconfirmamos todo lo que pusimos en la primera reseña. Esta vez hemos ido en Mayo y ya no hemos tenido la panza de burro y hemos podido tomar el sol todo el día con tiempazo hasta las 19-20.

Hotel muy bonito y tranquilo cerca del punto más occidental de Tenerife. Ambiente muy relajado, mucho espacio y siempre un lugar tranquilo para relajarse. El hotel tiene algunos años, pero salvo algunos pequeños defectos, todo está perfecto. Muy recomendable para unos días tranquilos. Los buffets para el desayuno y la cena son variados y deliciosos.

Una experiencia maravillosa en el Hotel Hacienda del Conde Tuvimos la suerte de disfrutar un bono de brunch y spa que nos regaló mi hermana, ¡y salimos encantados! El lugar es precioso, el trato del personal fue excelente, y tanto el brunch como el circuito de spa estuvieron a un nivel altísimo. Todo muy cuidado, sabroso y relajante. Fue un día perfecto para desconectar y mimarnos un poco. Sin duda, lo recomendaría y volvería feliz.

Un hotel realmente fantástico. Nuestra suite es muy espaciosa, al igual que el baño con ducha y bañera. La gran terraza con jacuzzi no deja nada que desear y la vista al mar es magnífica. Cabe destacar especialmente el personal muy amable de la recepción, todo el personal de servicio y el servicio de limpieza.