Luces y sombras. El personal no es muy amable y pasa muchísimo de los clientes. Helados puestos y no dados al clientes, lo dejaban sin servir. Le pides servilletas y se hacen los sordos
No hay palabras suficientes para describir la experiencia sublime que se vive al entrar en un MacDonalds. El aroma de las patatas fritas recién hechas, el sabor de las hamburguesas jugosas y tiernas, la textura de los nuggets crujientes y tiernos a la vez... Todo ello hace que cada bocado sea una explosión de placer en el paladar.
El servicio es impecable, los empleados son amables y atentos, y el ambiente es acogedor y limpio. El menú ofrece una variedad de opciones para todos los gustos y necesidades, desde ensaladas frescas y nutritivas hasta postres irresistibles y helados cremosos. Y lo mejor de todo, los precios son asequibles y justos, sin renunciar a la calidad y la cantidad.
MacDonalds es más que un restaurante de comida rápida, es un lugar donde disfrutar de una comida deliciosa, rápida y satisfactoria, en compañía de familiares o amigos, o simplemente para darse un capricho. Es el lugar donde se cumplen los sueños de los amantes de la comida, donde se crea la magia del sabor. MacDonalds es, sin duda, el mejor restaurante del mundo.