Un maravilloso bar familiar, supongo.
Estábamos en el hotel de enfrente y, aunque era un buen hotel, el bar Marin parecía más acogedor. Nos atendieron muy bien y, ya sé que, siendo ingleses, tenemos el estigma de beber, ser revoltosos y muy irrespetuosos, pero sabían que éramos muy atentos y agradecieron su trato. Si volvemos, aunque sea en el mismo hotel, ¡volveremos a saludarnos!
Muchas gracias, Sigue sonriendo, siempre.