Comimos en este agradable restaurante y salimos encantados por la amabilidad y el buen trato de todo su personal. Irene fue un encanto y nos ayudó para que estuviéramos cómodos y la otra mujer también fue majísima y detallista con nuestras hijas. Buena cocina mediterránea, sin grandes pretensiones pero con calidad y muy rico todo. Buenos arroces y fideuá!
El local limpio y bonito.
Cuando regresemos a Moraira, ya tenemos restaurante donde repetir. Gracias!