Hasta ahora, siempre he tenido buenas experiencias en este establecimiento, pero hoy he vivido una situación que me ha dejado bastante desconcertado. Por eso, quiero compartir lo ocurrido.
Sobre las cinco de la tarde, mi mujer, mi bebé y yo fuimos al local para tomar un café, como hemos hecho en muchas otras ocasiones. Había dos mesas que, en apariencia, estaban vacías. Vimos que delante de nosotros había una pareja joven que parecía estar pidiendo en la zona de “para llevar”. Al ver las mesas libres, les pedí permiso para pasar y nos sentamos en una de ellas, quitándonos los abrigos y acomodándonos sin que nadie nos indicara que no podíamos estar ahí.
Pasado un rato, la camarera nos informó que esas mesas no eran nuestras y que debíamos levantarnos. Entiendo que puedan existir normas internas, como pedir primero antes de sentarse, pero si esas normas no se explican o no hay un sistema claro para asignar mesas, es fácil que alguien, como nosotros, actúe de buena fe y cometa un error. Lo que más nos sorprendió fue que nadie nos dijo nada en el momento en que nos sentamos. Si las mesas estaban reservadas, podrían habérnoslo comunicado desde el principio, antes de que nos acomodáramos con nuestro bebé y nuestras cosas.
La situación fue incómoda, ya que no se nos ofreció la posibilidad de esperar a que quedara otra mesa libre. Tuvimos que recoger nuestras cosas rápidamente, lo cual no es sencillo cuando tienes un bebé pequeño. Este trato me pareció innecesariamente brusco, especialmente teniendo en cuenta que solo queríamos disfrutar de un café, como siempre hemos hecho en este lugar.
Decidí pedir una hoja de reclamaciones para expresar mi malestar, pero la camarera se negó a dármela, alegando que hacía uso del derecho de admisión. Esto me dejó perplejo. Si había cometido un error, lo habría entendido y aceptado, pero la negativa a facilitarme la hoja de reclamaciones y la falta de explicaciones razonables sobre su decisión me resultaron incomprensibles.
No escribo esto para desprestigiar al local ni para cuestionar su funcionamiento, ya que hasta ahora siempre he tenido buenas experiencias. Sin embargo, creo que este incidente refleja una falta de empatía en el trato al cliente. Todos podemos cometer errores, y lo único que esperaba era un poco de comprensión, sobre todo cuando hay un niño pequeño de por medio.
Espero que puedan tomar en cuenta esta experiencia para evitar que otros clientes se sientan igual de desconcertados. Creo firmemente que las cosas pueden decirse de otra manera, sin llegar a una situación tan tensa. Al final, la forma en que tratamos a los demás dice mucho, y esa empatía es lo que hace que los clientes quieran volver.
Juan González
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22 Enero 2025
8,0
Todo el personal es muy majo y gentil. Un ambiente estupendo, tanto para tomar café con amigos, como para venir a estudiar/trabajar. Los Manolitos siempre deliciosos
Victoria Luján
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11 Enero 2025
10,0