Makkan Club en Oleiros

Un sitio excelente acogedor para desconectar , la atención del personal super atentos y amables estuvimos en la burbuja y fuimos a cenar y a comer ayi 😍super encantada repetiré!!!!!

Hotel perfecto para pasar unos días en Galicia. Tranquilidad y descanso. Las habitaciones muy bien cuidadas y la comida muy buena. Los jueves hacen un tardeo donde se respira muy buen ambiente y sirven cócteles muy ricos. A destacar el servicio de Sergio. Se portó muy bien con nosotros y dio un servicio impecable. Un crack.

Lugar estupendo donde celebrar cualquier tipo de evento. Instalaciones amplias y muy completas, producto de primera, personal muy profesional y amable y la gerencia te hace un seguimiento completo durante todo el proceso. Lo recomendaré

Ayer estuvimos de boda allí, fue de lo mejor, el sitio es una preciosidad, la comida exquisita, el personal no puede ser más atento y amable, mis felicitaciones a todo el equipo del Makkan por hacer un día inolvidable..Gracias

La comida es de muy buena calidad y las instalaciones maravillosas. Aún así, quiero destacar la atención de todos los trabajadores, un equipo 6 estrellas

El Domingo celebramos un evento familiar y ha estado todo perfecto. Comida excelente, trato super cercano, personal atento a que no faltase ni el más mínimo detalle . El trabajo de la persona encargada de nuestro salón estuvo de 10. Los niños se lo pasaron genial , disfrutaron de la piscina y todos de una jornada especial. La comunicación con Raquel y Oscar muy fluida y siempre buscando soluciones. Volveremos sin duda.

Buen sitio y muy buen trato. Gerard muy buen camarero y muy profesional. Voy mucho a Makkan y repito siempre porque tiene todo lo que necesito para desconectar.

Estamos de viaje por carretera por la región y, tras pasar dos semanas en una tienda de campaña, queríamos un poco de comodidad y pasar una noche en una cama de verdad. Reservamos en Airbnb a última hora. El lugar es espléndido. Hubo eventos privados, pero no afectaron en absoluto a nuestra estancia. ¡El personal es MUY acogedor y muy amable! La habitación es preciosa, la cama y las numerosas almohadas son comodísimas. Probablemente había algunos restos de moho en el baño y la habitación, pero nada grave. Nos esperaban en la habitación una pequeña nevera y una cafetera con cápsulas y agua. ¡Perfecto! Pedimos la salida a las 14:00, que nos fue concedida, y os lo agradecemos de nuevo. El único inconveniente fue que esta mañana queríamos dormir hasta tarde, pero nos despertaron a las 9:00 porque un empleado, que por desgracia no sabía que la habitación estaba ocupada, intentó entrar dos veces. Fuimos a recepción a explicarlo y el empleado se disculpó. Pedimos un detalle comercial (desayuno, tarifa, etc.), pero nos lo negaron. Nos molestó un poco, pero bueno, a veces pasa.

Maravilloso, el lugar es precioso, los trabajadores muy amables, es auténtico pet friendly, el perro podía ir a los jardines, cafetería, en el césped de la piscina. Y no te cobran por tener perro, se paga por habitación. Un acierto el lugar !

Hemos ido a pasar el día, llegando a la hora de comer y hasta pasadas las 8 de la tarde. El entorno es muy bonito y por lo general lo tienen muy bien cuidado. El suelo en la zona de la piscina es insufrible. Imposible andar descalzo; y ya no te digo las heridas que se pueden provocar ante una caída. La comida nos ha decepcionado mucho, siendo la relación calidad/precio muy pobre. Yo me pedí una hamburguesa IKEA: te trae los ingredientes separados y te la montas tú. Ingredientes que por otro lado no eran de muy buena calidad: dos rodajas tristes de tomate, unos trozos microscópicos de pepinillos pálidos, una media hoja de lechuga y dos trocitos de cebolla. Viene acompañada por patatas fritas y cuesta 15€. Me parece carísima para lo que es. De entrante pedimos totopos con guacamole. El guacamole estaba bien, pero venía con unos trozos enormes de aguacate. Y los totopos super resesos. Los fingers de pollo que pidieron los niños, aceitosos y duros como piedras. De hecho, los dejaron casi todos. Menos mal que la piscina les dio hambre y los comieron a la hora de la merienda, pues nos los guardaron para después. Las camareras muy amables y sonrientes. La verdad que siempre intentamos darle una oportunidad a Makkan, porque el sitio lo merece. Pero siempre salimos con una sensación de ser un sitio de "quiero y no puedo". En las navidades pasadas hicimos ahí la cena de grupo y lo que es la fiesta bien, pero la comida dejó también mucho que desear. Seguiremos yendo, y ojalá algún día pueda decir que la comida sí merece la pena.