Los tres Soles en Jumilla

Recomendadísimo. La comida estaba espectacular y el trato recibido fue exquisito. El personal fue muy atento y nos supo recomendar con mucho acierto. Nosotros recomendamos probar la cazuela de gambas y las alcachofas, aunque sus calamares a la romana nos sorprendieron muchísimo. ¡Volveremos!

La comida fresca, riquísima gratamente satisfechos. Salimos muy contentos y precios increíbles por la calidad. A destacar las gambas y la ensalada del mar un diez. El lugar es pequeño por lo que bastante ruidoso y caluroso si hay mucha gente. Nada que no se solucione eligiendo una mesita afuera la próxima. Volveremos sin dudas con familia y amigos para que descubran este rinconcito de Jumilla.

Todo perfecto, la comida y el servicio genial. Alcachofas espectaculares.

La comida riquísima! Y los vinos de la zona !

Comida y servicio muy buenos a un precio muy razonable

Comida tipo tapas con una buena cocina bien elaborada

Fuimos recomendados por la guía de unas bodegas, era lunes y salimos gratamente sorprendidos. Comida muy casera en un bar de toda la vida. No os dejéis llevar por las apariencias. Precio increíble para una comida de 10, camareros muy atentos. Si volvemos, repetiremos seguro.

Tapas muy ricas y menús muy apetecibles, buen trato. Echamos de menos algunos vinos, pero genial. Tienen un sitio para que juegue los peques y puedas terminar de comer tranquilamente

¿Qué hace diferente a un pueblo? ¿Qué lo hace especial: su Historia, sus paisajes, su clima…? Su gente. Es su gente la que hace que amemos u odiemos a un pueblo. Son ellos los que nos inspiran, los que nos provocan, los que nos emocionan. Son ellos los que nos hacen saber y ver su historia, sus paisajes, los que nos aproximan a entender sus costumbres, su gastronomía, sus vinos. La gente es el mayor valor que puede tener un pueblo. Y de eso sabe mucho José López Carrión, “Pepe”, del bar de tapas Los 3 soles, en Jumilla. Llegar por casualidad un viernes a las 13:30 de la tarde, y salir a las 15:00 con un amigo. Es como ir a mi bar de toda la vida, donde ya me conocen, saben mis gustos, me tratan bien y podemos charlar de vinos, de la vida, de lo humano y de lo divino. No sólo es que sea un tipo cercano. Pepe tiene todo aquello que un visitante a un lugar nuevo le gustaría ver: amabilidad, trato afable, profesionalidad. Pepe es de esos tipos que te dejan huella. Pepe es de esos “culpables” de que tengas que volver al mismo bar a seguir probando sus exquisitas tapas. Pepe es de esas personas que se acuerdan de tu nombre aunque sólo se lo hayas dicho una vez. Tomamos varios de los magníficos pinchos que allí ofrecen. Nos dejamos aconsejar su carta de vinos y todo fue una experiencia digna de un restaurante de lujo de estrellas Michelín, pero a precios de amigo de toda la vida. Aquí hay mucho más que estrellas: hay soles, y muchos más que 3, os lo aseguro. La “cultura del vino” de la que estuvimos hablando, se ve reflejada en las seis mesas llenas de gente que tenían en la terraza y en todas había copas de vino. No me extraña. Si hay buen vino a los precios que lo tienen, es imposible no amar el producto y desear seguir saboreándolo. Y esos pinchos, y esas tapas. Es disfrutar del vino, es disfrutar de la comida, es disfrutar de la compañía. Volver es siempre una opción, y nosotros volveremos, tarde o temprano, pero volveremos, seguro, a ver la luz de los soles en Jumilla. Pepe, te comenté al irnos de allí que intentaría haceros un escrito que os hiciera justicia. He conseguido lo primero: hacer el escrito; lo que me quedan dudas es si he logrado lo segundo: haceros justicia. Ojalá que sí, y que todo aquel que pueda leer esto, os visite y goce con tantas cosas buenas que ofrecéis. Javier y Ana. El granaíno y la villacarrillense

Hemos comido genial, nos hemos dejado aconsejar x Ignacio, y todo fenomenal, servicio y trato excelente, calidad y precios muy bien.. Lo recomendaremos. Gracias!