Los Caracoles Viavélez en Gijón

Experiencia genial. Platos cuidados y llenos de sabor. Situado en un lugar en mejorable en pleno Cimadevilla y muy cerca del puerto son especialistas en mariscos y pescados. Realmente te sorprendo lo rico que están sus elaboraciones. Un sitio que repetiremos sin lugar a dudas. De noche es ideal para parejas.

Ibamos a comer el menu de 60€ con torreznos y bogavante. Los torreznos muy ricos, el bogavante era congelado, algo de esperar por ese precio. Pero estaba muy rico y bien preparado. Las patatas pasadas y aceitosas y los pimientos un poco quemados para mi gusto. Decidimos pedir una botella de Pazo de Bruxes en vez el vino rueda de la oferta. Se lo comente al que nos sirvió y nos comento que sin problema que luego ajustaba precios. El postre casero muy rico. Y tome un chupito de crema. Momento de pagar 86€ y le comente oye no me ibas a descontar el vino del menu que no tomamos? Y me respondió que nos tenia que cobrar el servicio de vino en mesa… Y le dije que tiene que ver eso con lo que me dijiste, y me quito el chupito de crema que tome y el pan. Sinceramente por 10€-15€ de diferencia no me iba a poner a discutir, pero el detalle y el sentirse engañado me pareció muy mal… Si un cliente no quiere el vino del menu y quiere otro lo normal es descontar el vino del menu… no cobrar el vino del menu y el vino que pedí. Una pena por que la comida y el trato fue correcto. Así se pierden clientes.

Durante nuestra estancia en Gijón decidimos probar este restaurante para cenar y debo decir que ¡nos sorprendió gratamente! Pedimos varios platos, compartiéndolos entre nosotros; Recomiendo el pulpo a la brasa, que se deshace en la boca, el pulpo a la gallega y las vieiras y la selección de quesos; estuvo todo muy bueno, pero estos 4 platos quedaron espectaculares; Si realmente tuviera que desaconsejar un plato, ¡diría el filete de atún! Los precios quizás un poco altos, ¡pero la calidad está ahí! Aconsejar

La comida muy buena, las raciones muy pequeñas. El servicio al llegar es muy amable, pero luego te apuran y sientes que te están echando.

Espectacular. Tanto la comida como el servicio .Para repetir .

Era la primera vez que iba tras varias recomendaciones, así que tenía las expectativas un poco altas. Las sardinas y croquetas bien, el torrezno merece la pena, así como los tacos de pato. El calamar no era ninguna locura y el solomillo estaba en su punto. El servicio fue excepcional. Necesitan un secador de manos en el baño. Precios algo elevados. Volveremos por ahí!

Una atencion super buena y una gente majisima ademas todo lo q comimos tamto de carme c9mo pescado cocinado a la perfecion

Sin más. Los torreznos estaban muy ricos, las navajas y las croquetas muy normalitas, los calamares no valían para nada, eran muy finos para todo el rebozado que tenian, solo sabían a rebozado. Me han hablado muy bien de este sitio varias personas y esta claro que no es por lo que yo pedí. Le daré otra oportunidad pero probare otras cosas. Ah, y es caro para lo que dan.

Quisiera expresar mi más sincera felicitación por la excelente experiencia que tuve en su restaurante. Desde el momento en que entré, fui recibido con una atención amable y profesional que me hizo sentir muy bienvenido. La calidad de la comida superó mis expectativas. Cada plato que probé estaba exquisitamente preparado y presentaba una combinación de sabores que evidenciaba la dedicación y el talento de su equipo culinario. Además, el ambiente del restaurante es encantador, logrando una atmósfera acogedora y elegante que complementa perfectamente la experiencia gastronómica. Es evidente que se cuida cada detalle para ofrecer una experiencia memorable a sus clientes. Agradezco el esfuerzo y la pasión que ponen en su trabajo repetiré sin ninguna duda.

Lo mejor, los torreznos (16 euros) que, si no te dicen que lo son, te parecerían, por textura y sabor, cualquier otra cosa mucho mejor, y el bonito del Cantábrico (22 euros), una ración estupenda. El bogavante estilo menorquín (65 euros) sólo para ocaciones especiales.