Lo Samaruc en Amposta

Todo buenísimo. Ambiente muy agradable y tranquilo. ¡Ideal para hacer unas tapas y unas birras! Las camareras nos ofrecieron un buen trato, y el local se ve limpio y nuevo. Recomiendo el tartar de salmón y la anguila ahumada.

¡Un pequeño restaurante muy agradable! Una persona en la cocina y otra en el comedor. ¡Sencillo y eficiente! Los nuggets estaban buenísimos y la mozzarella de búfala, excelente. El servicio también fue muy bueno. Y los precios, muy razonables.

La paella estaba rica, pero la cantidad nos decepcionó un poco. Pedimos una para tres personas, pero la ración parecía más bien para dos. Solo tenía dos langostinos, que tuvimos que compartir entre tres.

Perfecto lugar para picar algo por la noche, en la terracita con musica suave. Ah, no os perdais la flor de alcachofa, inmejorable.

Nos sorprendio la presentación de los platos y lo rico que estaba todo y muy buen trato

La atención fue buenísima. La comida de la zona espectacular. Al final con una buena atención todo sabe mejor.

En Poblenou del Delta (Tarragona) se encuentra Lo Samaruc, un restaurante luminoso y con aire desenfadado. Fuimos a probarlo en clave de tapeo, pidiendo cuatro tapas que nos dejaron impresiones variadas. El tomate con ventresca fue, sin duda, el plato más redondo: jugoso, fresco y con una ventresca bien trabajada, de esos bocados que apetecen repetir. La ensaladilla rusa también cumplió, bien ligada y sabrosa, aunque sin destacar demasiado. La flor de alcachofa resultó algo más plana; que tuvimos que mejorar con un chorrito extra de aceite. Por último, el tartar de atún pasó sin pena ni gloria, correcto, pero sin más. El servicio fue amable y correcto, sin nada que reprochar. Eso sí, un detalle curioso: al pedir un hielo para enfriar el vino blanco Verdejo, lo que llegó fue un vaso lleno de mini hielos con arándanos. Un gesto bienintencionado, pero poco acertado para un vino blanco. Aun así, se perdona. En conjunto, Lo Samaruc es una opción válida si estás por la zona y te apetece un tapeo sencillo, con algún acierto y otros platos que podrían mejorar.

Vinimos a comer sin reserva un sábado de agosto, y nos atendieron sin problema tras preguntar por teléfono. Muy agradecidos en ese sentido porque lo intentamos antes en varios restaurantes del pueblo pero sin éxito. Pedimos ortigas, bravas, chipirones, ventresca con tomate, tarta de queso, cafés y bebidas varias y pagamos 70€. Estaba todo aceptable, bien, pero sin ser nada del otro mundo. Las raciones son abundantes. Los chipirones estaban bastante sosos y llegaron más fríos que calientes. La salsa de las bravas la sirven aparte, las patatas estaban bien, fritas sin ser demasiado aceitosas y buenas de sabor. Las ortigas y la ensalada lo esperado. La tarta de queso estaba tan fría que no tenía mucho sabor, habría estado mejor si antes la hubieran dejado a temperatura ambiente. Las camareras fueron rápidas y amables y el local es bonito y agradable.

Pequeño restaurante familiar en este pequeño pueblo. Una bienvenida muy cálida, toda la familia se queda un buen rato y te atiende con amabilidad. Las tapas fueron bastante generosas, y el vino blanco seco también estaba bueno. Los precios son razonables considerando la calidad y la cantidad (los precios son similares en todo el pueblo, pero al menos aquí te reciben muy bien, a diferencia de otros lugares, donde la gente nos pareció bastante fría). ¡Lo recomendamos! :) ¡Mucha suerte en el futuro!

Buen ambiente, y buena comida. ¡Volveremos seguro!