Llansola 1921 en Sant Carles de la Ràpita

No puedo opinar de las habitaciones porque no nos alojamos pero la comida estaba muy buena. Hicimos el menú degustación y muy bien de precio por toda la comida y cantidad que había.

Una joya escondida: ¡se merece más de 2 estrellas! ¡Estábamos encantados con nuestra estancia en el Hotel Llansola! Desde el momento de la llegada, se respira un ambiente cálido y acogedor: un auténtico negocio familiar con gran atención al detalle. La habitación estaba impecablemente limpia y muy cómoda. Me gustaría destacar especialmente el desayuno: abundante, fresco y de calidad 4 estrellas. Todo el ambiente se merece 6 estrellas: encantador, elegante y un lugar donde te sientes como en casa. La verdad es que no entiendo por qué este hotel solo tiene 2 estrellas. Para nosotros, fue una experiencia como alojarse en un hotel de 4 estrellas, o incluso mejor. Muy recomendable; ¡nos encantaría volver!

Comida muy buena , calidad precio y interior muy agradable para comer o cenar

Nos hospedamos dos noches en el hotel, en una habitación individual pero con cama de matrimonio, con desayuno incluido, a un precio competitivo para ser finales de junio. El aparcamiento se encuentra en calle Galera (una calle antes de llegar al hotel a mano izquierda). La puerta del aparcamiento es blanca y este dispone de siete plazas que se ocupan por orden de llegada. Lo primero que quiero resaltar de nuestra estancia es la buena recepción de Idra, quién nos hizo sentir como en casa y nos dio muchas recomendaciones de cosas que hacer en la Rápita. Se nota muchísimo que le gusta su trabajo y que entiende de turismo. Sí hay ascensor. La habitación estaba bien equipada, muy limpia (se me cayó un anillo y tuve que retirar todos los muebles hasta encontrarlo y todo estaba súper limpio), enhorabuena a las limpiadoras. La cama era muy cómoda, el colchón estaba en perfectas condiciones. El único problema es que el aire acondicionado se apagaba por la noche y, como la habitación miraba un patio interior, no había nada de aire, lo que nos dificultó el sueño. El desayuno se sirve de 8 a 10:30, pero realmente no les gusta que bajes a las 10,15 (ya habían recogido). La sala donde se sirve el desayuno está llena de recuerdos y cosas típicas de la zona, desde conchas a nudos marineros, me encantó. El café es muy bueno, luego hay una bandeja con un bollo de pan, un croissant muy rico y una tostada de molde por persona. Mantequilla y mermelada. También una tabla con queso, jamón york, salchichón y un trocito de tortilla de patatas. Un poquito de fruta y un zumo (que es lo único que no me gustó del desayuno). Todo servido muy rápido y bien organizado. Disponen de un restaurante con terraza que es bastante conocido, pero no fuimos. Puedo recomendar este hotel.

Un hotel encantador, muy familiar y agradable, todo muy limpio y aseado El restaurante también todo buenísimo , desayuno muy completo y cena increíblemente deliciosa

Un menú gastronómico muy bueno en un sitio muy agradable

Lugar muy bonito. Terraza,muy bien Comida muy buena .servicio correcto Vale la pena !!

La relación calidad precio excelente, el personal atiende y agradable, también cenaron y muy bien, bien ubicada, las habitaciones limpias Recomendable para este precio.

Llansola 1921 es un restaurante situado en Sant Carles de la Ràpita, una localidad pesquera del sur de Cataluña, en la Comarca del Delta de l'Ebre. Vinimos aquí con unos amigos a cenar en la terraza interior, donde decidimos compartir algunos platos como verduras empanadas, anguila ahumada con tomates, mejillones, caracoles marinos, navales y ortigues de marzo (últimos dos mariscos típicos de la región) como primer plato. Y también compartimos dos platos principales: una zarzuela (plato típico español con algunos pescados) y arrós negre (paella negra con calamares y algún otro marisco). De hecho, casi todos los platos eran platos locales del Delta del Río. Muy bien. Como postre me comí un Tatin tártaro con licor de arroz y nos bebimos dos botellas de vino de no lejos. Terraza muy bonita y muy buena cena.

El restaurante es un clásico, de "toda la vida" por lo que esperamos encontrar un servicio con experiencia, pero la realidad estaba muy alejada de eso... 20 minutos esperando de pie sin ni un "buenos días bienvenidos, ahora les buscamos la mesa que tienen reservada". 30 minutos más sentados sin atender en la mesa. 50 minutos solo para sacarnos el agua. Servicio lentísimo, sensación de abandono total. Otro cosa fue la comida, buena cocina, buena presentación y producto de calidad. Precio ajustado a lo que se sirve. Recomiendo la comida pero por la lentitud del servicio y la atención no volveríamos.