Lera en Castroverde de Campos

La catedral de la cocina tradicional, basada en la carne de caza, se nota en cada bocado que saboreamos la delicadeza y el esmero con que se ha elaborado, transmitiéndonos el saber de su entorno,¨ Tierra de Campos¨. He disfrutado muchísimo y me alegra ver que hay sitios donde aún podemos degustar un excelente menú de cocina de verdad. Pedimos el menú corto y le añadimos el pichón. La atención impecable, muy cuidado hasta en el más pequeño de los detalles, el restaurante acogedor, con mucha luz , que hace que la estancia sea más cálida. Felicitar a Luis Lera por conseguir hacerlo realidad para que podamos disfrutarlo mucho mucho tiempo. Es una experiencia que recomiendo. No te dejará indiferente. Volveremos. Almudena G.

Magnífica experiencia, es la segunda vez que vamos y seguro que no será la última, platos muy bien presentados y deliciosos. Trato muy agradable

Sin lugar a dudas Lera es la mejor experiencia gastronómica que he tenido. Espero poder seguir dusfrutando de este magnífico restaurante muchos años más.

Una experiencia difícil de olvidar. En lo gastronómico, el paseo por el mundo de la caza que te ofrecen es sencillamente espectacular, lleno de técnica y de ingenio, con un apego a las tradiciones y la cercanía realmente encomiable. Además, si vas a cenar puedes (debes) quedarte a dormir, entre muchas cosas por disfrutar de un desayuno único. La atención, el servicio, el producto…. no solo es imposible poner ninguna pega sino que es complicado no seguir con más alabanzas. Volveremos y volveremos y volveremos siempre que podamos.

Un lujo para el paladar,la atención exquisita.Fuimos un grupo de amigos y desde que entramos como si estuviéramos en nuestra casa. Pedimos el menú degustación corto y añadimos el pichon,merece mucho la pena.

Visitar Lera es una experiencia singular, desconozco si existe otro restaurante con una dedicación tan intensa y tan conseguida en la cocina de la caza como éste. Además con el hándicap de estar ubicado en medio de Tierra de Campos, no está de paso de ningún sitio y sin embargo el peregrinaje de clientes es constante, muestra fehaciente de su éxito. Para entender la cocina de Lera es importante saber situarla en su entorno y valorar la extraordinaria valentía de su oferta. Los platos que aquí se elaboran son sencillos aparentemente, sutiles a pesar de la materia prima que se utiliza y gratos al paladar siempre. Aquí hay producto y desde luego técnica. Mira las imágenes mejor que mis palabras. Pichón de Tierra de Campos. El Pichón Bravío de Tierra de Campos es el plato emblemático de esta casa, un producto único de esta comarca. El restaurante forma parte de una cooperativa ubicada en Manganeses que se dedica a la cría y comercialización de esta ave tan especial. La cría se realiza en el palomar de forma natural. La única intervención que se realiza es comprobar que el bebedero y el espacio estén bien, que haya limpieza y nada más. El guiso se realiza de forma tradicional. Cuecen entre 2 y 3 horas aproximadamente, lo que hacen es ir comprobando uno a uno el punto, pinchándolos para ver si están hechos. Cuando están se sacan, si no está hecho, se sigue dejando cocer, hasta que esté perfecto. Se cuece con las partes nobles de sus interiores. Se sirve con el caldo de cocción y luego lo acompañan con una patatas de su huerta. Es todo un espectáculo de sabor y terneza.

Ayer nos dimos el capricho con motivo de mi 60 cumpleaños, IMPRESIONANTE,servicio impecable, elegimos el menú de tierra de campos y cambiamos el pollo de corral por el pichón, qué delicia!!!, habíamos probado pichón en otro sitio, también de tierra de campos, y nada que ver, perfecto, bueno todos los platos extraordinarios, volveremos para mis 61!😉

La atención exquisita te tratan como si estuvieras en casa. Detallistas, cambiaron uno de mis platos porque no como liebre. Las habitaciones cómodas, confortables y acogedoras, y que decir del desayuno, para irse con un buen sabor de boca pero lo mejor de la experiencia, la comida de Luis y sus chicos, un trabajo impecable. Volveremos seguro.

Primera vez en este templo de la caza dicho por mucha gente y lo confirmo. Buen producto buena ejecución y buen servicio con un “pero” importante que explicaré . Tomamos el menú corto añadiendo el pichón que creo es imprescindible, es suficiente para salir satisfecho, buena carta de vinos y aquí viene el “pero”, un restaurante como este se merece un “sumiller” a la altura y este chico no está. Probablemente tenga conocimientos para ejercer en un restaurante como este, pero le faltan formas y seguramente “trienios” para estar a la altura, la experiencia se lo dará pero mientras tanto va tener que disculparse varias veces como hizo hoy con nosotros innecesariamente, después de mostrar muy poca empatía con el cliente, comete un error de principiante al no avisar que la botella de vino que hemos pedido es la última que tienen disponible , al pedir la segunda pues no hay del mismo (Pago de Santa Cruz). No sirve “alardear” de que tiene 1200 referencias en carta y luego esta metedura de pata, hay muchos restaurantes con más referencias y al frente un buen profesional ayudando y recomendando el vino que considera más adecuado y que mejor maride con los platos con clase y profesionalidad. Esto no debe ensombrecer el buen hacer de Lera, con seguridad vamos a volver a disfrutar del sitio y de la experiencia gastronómica.

En un menú degustación, incluso en restaurantes con estrellas Muchelin, es difícil que todos los platos rayen a la misma altura y que no haya alguno que baje el nivel. Pues aquí ningún plato baja del 10. Todo el producto, de máxima calidad, está magnifica mente tratado y presentado, y la caza no es fácil de trabajar. El restaurante Lera ha llevado la tradición de El Labrador a otra dimensión. El precio razonable para lo que uno recibe a cambio. La carta de vinos suficiente y poco cargada de precio en relación con otros restaurantes de este nivel. Y la atención del personal magnífica, rayando todos a gran altura. Enhorabuena.