24/08/2025: Todo excepcional. Lo encontramos de casualidad, por reseñas y fotos y fue todo un descubrimiento.
Cocina exquisita a base de platillos riquísimos con originales combinaciones de sabores.
Local bonito, de cuidado diseño, con materiales e iluminación perfectamente escogidos. Bien insonorizado, con música suave (buen repertorio de Genesis) que permitía una conversación tranquila y sin ruidos. Puedes ver una parte de preparación de la cocina, reluciente como todo el local, impoluto.
Ambiente muy agradable, personal amable, muy cordial, serviciales, atentos, detallistas. Clientela acorde al lugar, educados, discretos.
Comimos Canelón de setas con bechamel de piquillo; Focaccia con queso de cabra, tomate seco y pesto de almendras; Rollito de pies de cerdo y calamares; Gambas con crujiente y ajonegro; Gyozas crujientes de pollo y gambas sobre alioli con olivada y Tiramisú con frutos rojos y crujiente de pistacho. Todo regado con un vino ecológico del Empordá y unos chupitos de cortesía con los que nos obsequió Tony, el encantador dueño de este fantástico gastrobar.
Súper recomendable. Muchas gracias a todos por la experiencia.
08/06/2025: Hay descubrimientos que llegan como una caricia inesperada. Torelló, con su calma de pueblo discreto, esconde un pequeño tesoro que responde al nombre de Desig. Ya de entrada sorprende —y mucho— que un restaurante con esa ambición y ese refinamiento se ponga en un lugar como éste. Pero es que lo mejor, como siempre ocurre cuando las cosas se hacen con pasión, ésta es la esencia de su “Alma mater” Toni Lineros.
Un cornet de cigalas con salsa wasabi abre el camino con una delicadeza que no grita, pero que enamora. Las croquetas, de sabrosa intensidad y con textura impecable, no son un simple recuerdo de casa: son una versión sublimada de la memoria. Y el rojo crujiente de calamar y ajos tiernos, saboros y etéreo.
Buenos maridajes y postres muy acertados.
Todo está cuidado hasta el detalle. La cocina no sólo es interesante: es valiente, pensada y ejecutada con respeto y sensibilidad. Y el servicio, atento, cálido y discreto, completa una experiencia redonda.
Larga vida en el restaurante deseo!