Las Rumbas en Nuévalos

Muy rica la comida y el trato de las camareras

Todo limpio y la atención muy buena. El buffet de desayuno está muy bien

Fuimos este mes de agosto un grupo de 20 personas, nos pusieron en el anexo al hostal, todo para nosotros, las habitaciones más que correctas, esa noche cenamos en el hostal, un poco antes elegimos los platos por ser un grupo numeroso y el servició fue rápido, todo al momento, la cena buena el trato super amable y la relación calidad precio más que aceptable. Camas cómodas, ventiladores en todas las habitaciones, los baños completos con todo lo necesario. Muy cerca del Monasterio y justo al lado la piscina municipal. Quedamos el grupo muy contentos.

3.5€ por café y una tostada con tomate. Estupendo. También tienen un menú del día asequible con platos típicos que tenía buena pinta.

El hotel no está mal, pero la habitación que nos tocó era de los años 80 . El baño necesita una reforma urgente. El desayuno bastante bien y el restaurante también. Había otra zona del hotel que se veía más nueva pero la nuestra.....en fin....

El hostal normalito, no se pueden pedir peras al olmo, pero el trato del personal muy bueno y el restaurante de 10. Nos quedamos a cenar y nos sorprendieron con carne de barbacoa de gran calidad, en su punto, sabrosa y tierna. Muy recomendable.

Hemos ido únicamente al restaurante y nos ha gustado el menu del dia 16 eur, buena cantidad y rico.

Habitaciones en muy buen estado, limpias, tiene unas vistas muy bonitas y el servicio del hotel es bastante bueno.

Estuvimos en este hostal de manera improvisada. Buscamos en Booking y dimos con ello, nos pillaba cerca y reservamos. El edificio en el que nos dieron la habitación sí es cierto que es antiguo como dicen algunas reseñas, las paredes de la habitación estaban rozadas por los muebles y estos también eran antiguos (esto último para gustos los colores, a nosotros no nos importa). Sin embargo la limpieza es muy buena, la habitación acogedora, la cama y almohadas (algo que nosotros valoramos mucho) súper cómodas, descansamos súper bien. El desayuno incluido en el precio bastante bien, muy completo y variado: máquina de café, infusiones, colacao, fruta, pan de molde y de barra, embutido, zumos, tortilla, bollería... Tienen una terracita para desayunar con vistas al embalse muy bonita. La atención del personal de 10, desde el momento en el que llegamos hasta que nos fuimos. Por todo ello decidimos cancelar la reserva con Booking (de forma gratuita gracias al personal del hostal) y pagarles a ellas directamente, lo merecía. Sin duda volveremos.

Tras pasar la mañana en el monasterio de piedra, hicimos check-in y comimos en el restaurante, lo cuál enrriqueció nuestra estancia en Ávalos, que aunque breve, fue bastante confortable. En el restaurante, decidimos elegir para comer el menú del día. También tienen una carta bastante variada y otro tipo de menús del día (el menú del día a la brasa) el cuál es un poco menos económico que el estándar pero los platos descritos tenían muy buena pinta. Los menús consistían en un primero, un segundo, vino o agua, y postre o café. En mi caso, pedí los macarrones, para los cuales pedí queso rallado y me lo trajeron sin problema, pollo al chilindrón, y natillas. La comida estaba deliciosa, pero destaco las natillas, estaban muy buenas y se notaba que eran caseras. El personal fue muy atento y muy rápido a la hora de traer la comida. Fueron muy profesionales. La habitación en la que me tocó fue bastante adecuada, pero a pesar de que únicamente yo utilizaría la habitación, me dieron una habitación para tres personas, aun así estuve muy cómodo, pudiendo dormir en dos camas juntas y dejando la tercera para colocar mis cosas, ya que al ser una habitación pensada para que duerman tres personas no había demasiado espacio auxiliar para colocar encima efectos personales. El baño no estaba mal, pero la puerta estaba rota y no se quedaba cerrada, aun así, como solo estaba yo, tuve la suficiente intimidad. La otra queja que tengo en este apartado sería relativa a los sobrecitos para el gel y champú, dejando únicamente uno por persona, lo cuál considero algo escaso. Por la noche no tuvimos hambre como para cenar, pero pedimos una tabla de quesos y algo para beber. El ambiente y la temperatura eran perfectos para charlar en la terraza y tomar algo. Por la noche se está muy agusto en la terraza, porque es un pueblo donde la temperatura no es extremadamente cálida en verano y es muy tranquilo, pocos coches transitan sus calles. Por la noche, a penas se escuchaba ruido y pude descansar muy cómodamente. El desayuno fue el broche de oro para esta experiencia. Se trata de un buffet libre muy variado y de muy buen gusto con unas espectaculares e imponentes vistas a un lago cercano. En definitiva, es un sitio para estar tranquilo, donde se duerme bien, se come bien y hay muy buenas vistas. Además, el personal es muy atento y muy amable