Las Gangarras en Arona

Lo mejor del restaurante como siempre el entorno y lo bonito que es. La comida no estaba mala pero tampoco espectacular. La carne fiesta dura y el revueltos de setas y gambas no tenía mucho sabor. Los camareros que nos atendieron muy amables pero había una camarera mayor de pelo rubio que generaba un mal rollo. Constantemente haciendo comentarios a sus compañeros, en la cocina también la escuchamos discutiendo con alguien, incluso hacia comentarios de otras mesas son cortarse de que la estábamos escuchando. A nosotros nos hizo reír un rato ya que lo único que parecía era un pollo sin cabeza y amargada pero en realidad cero profesionalidad.

¡Una experiencia increíble! El lugar es sublime, aislado, amplio y muy bien distribuido. Hay juegos para niños y adolescentes, y muchas mesas para comer en diferentes espacios. Los platos son deliciosos y frescos; las croquetas de pollo fueron las mejores que probamos en la isla. Si vas entre semana, hay poca gente, pero el fin de semana está muy concurrido. Béatrice es muy disponible y sonriente. En resumen, si tienes dudas, ¡anímate!

¡Qué sitio tan encantador para comer y tomar unas copas! El personal es muy trabajador y atento, pero también sabe cuándo dejarte tranquilo. Fuimos dos veces y sin duda habría repetido, ¡pero teníamos mucho que probar en nuestras vacaciones de diez días! Probé dos platos de pescado diferentes, ambos cocinados a la perfección. Y los postres fríos también estaban riquísimos. Volveremos.

Un rincón mágico que descubrí por casualidad... Encontré este lugar casi por casualidad, explorando zonas menos conocidas de la isla, y fue como entrar en un cuento de hadas. 🌸✨ El sitio es realmente una maravilla: cada rincón tiene un encanto especial, con ese estilo rústico y auténtico que recuerda a los antiguos cortijos canarios. Hay amplios espacios al aire libre, jardines cuidados con mimo y varias salas construidas en cuevas naturales —un detalle que le da un aire misterioso y acogedor al mismo tiempo. Antes de sentarme a comer, recorrí todo el lugar, admirando cada pequeño detalle: desde las decoraciones hechas a mano hasta los rincones llenos de historia y tradición. Se nota el cariño y el alma que hay detrás de cada elemento. 💛 La comida es típica canaria con un toque ibérico, sabrosa y bien presentada. La relación calidad-precio es justa: no es barato, pero tampoco caro, y el entorno hace que cada euro valga la pena. Ideal para disfrutar en familia o con amigos, especialmente si te gustan los espacios amplios, la naturaleza y los ambientes rústicos con alma. Dispone de gran aparcamiento y muchas mesas, perfecto también para celebraciones o eventos especiales. Sin duda, un lugar para detenerse, respirar y disfrutar del lado más auténtico y mágico de la isla. 🌿✨

Un sitio espectacular, bonito y acogedor cómoda deliciosa

¡Comida canaria local! Nos encantó todo y el servicio. Éramos 27 y la cuenta fue de 300 libras. ¡Una auténtica ganga con la cantidad de comida que pedimos! Sin comprometer la calidad ni la frescura. ¡Volveremos!

Un lugar con un ambiente realmente especial. Puedes sentir la vida local. La comida es excelente.

Muy bien un chico joven con el pelo negro muy bien servicio

Excelente restaurante. Fuimos anoche y pedimos entrecot y costillas florentinas, patatas rugadas con salsas y postres caseros. Su especialidad es el estofado de cabra, pero anoche no estaba disponible. La carne estaba excepcional, raciones abundantes y precios justos. Muchas gracias.

Lugar muy familiar y acogedor.Celebramos la boda de mi hijo y mi nuera.Todo fué muy bien.Comida súper abundante y sabrosa.La atención del personal excelente, sobre todo de Beatriz, muy atenta, rápida sirviendo y siempre con la sonrisa a flor de piel. Volveremos