Sin saber gallego, creo que la palabra enxebre define a la perfección este lugar al que me llevaron dos amigos. Una tarde-noche cálida, maravillosa compañía, bajo un precioso emparrado, vinos para catar y descubrir el mundo entero, platillos deliciosos para compartir... todo tan sencillo y a la vez tan difícil de encontrar. Simplemente maravilloso.
Es un lugar de lo mas agradable. Se encuentra en Meaño.
Hay que hacer reserva para poder garantizarse un hueco, sobre todo en temporada alta que está muy demandado.
La carta no es la mas extensa, pero cada uno de sus platos merece la pena.
En nuestra ultima visita el servicio fue un poco lento, pero ya habíamos ido otras cuatro veces sin ese problema.
La carta de vinos que tienen es para todos los bolsillos y gustos.
La comida en si es distinta a lo que puedas estar acostumbrado, pero no os haré mas adelanto que las fotos, os recomiendo ir a probarlo! saldréis sorprendidos para bien!