El Manolito <de toda la vida> es hoy La.Con.Fusión, con el buen producto de siempre, cocina tradicional sin florituras, y todo ello contenido en una ambiente remozado, con un trabajo decorativo de pinceladas más contemporáneas, un toque aquí y un detalle allá, que lo hace más acogedor, con un número elevado de mesas, a una distancia entre ellas suficiente, pero que también agradecería algún cm. más.
El entrante de la casa, empanada gallega de bonito, jugosa y apetitosa, con la masa justa.
Vermouth Yzaguirre rojo Reserva y Juvé & Camps Reserva de la Familia, fueron las bebidas escogidas, ninguna de las cuales, por conocidas y ya comentadas en reseñas anteriores, requieren explicación adicional.
El cava elegido volvió a ser, como en otros establecimientos, un descarte, o una <elección por incomparecencia>, ya que no había opción alternativa. En 1976/1977 fue todo un descubrimiento.
La vieira al horno estuvo bien, y la hubiese apreciado más y mejor si se hubiese prescindido del "toque" de tomate, para mi absolutamente innecesario, pues solapa parcialmente el disfrute del bivalvo.
El emplatado del salpicón de rape y langostinos hubiera ganado en atractivo en otro recipiente. Los trozos de rape estaban un tanto blandos y a una temperatura un poco superior a la que redondearía el disfrute del plato, estando menos afectado por ello los buenos langostinos servidos.
La media de calamares fritos no merece pero alguno, perfecta y en su punto. Sabrosos y sin asomo de una gota de aceite que los hubiese minusvalorado.
Muy rico y abundante el salteado de arroz con verduritas y marisco, en mi opinión el plato más sabroso, variado y saciante de los pedidos. Como plato principal, en cualquier día de la semana, encaja perfectamente, incluso, para muchos, seguramente, sería más que suficiente como plato único, pues es generosamente servido.
Menos abundante es el revuelto de setas y gambas, que a primera vista semeja que el huevo está demasiado cuajado, pero luego, en boca, su sabor es casi inobjetable.
Debatimos ampliamente sobre como era la <tarta de la abuela> con una simpática y dispuesta camarera, que nos hizo ver que compartía nuestra perspectiva tradicional sobre el postre así llamado, por ello lo pedimos...y fue un error. Sé que hay millones de abuelas, pero aquella tarta de la abuela con redondas galletas María de Fontaneda, el baño de chocolate, etc...debió perderse desde el horno. Una fina lámina de galleta dispuesta en horizontal a mitad del trozo servido, una cremosidad más propia de otros postres pero irreconocible en el producto originario, inútil continuar. Ahora la definición abarca mil interpretaciones a cual más imposible. Sin duda lo menos apreciado de la cena.
Muy originales los "manteles" singulares de papel, que nos ilustran sobre los orígenes e historia de la familia, desde fundadores a herederos del conocido y tradicional establecimiento gastronómico coruñés.
El espresso Siboney en su línea, notabilísimo.
José Manuel Mosquera
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29 Septiembre 2025
8,0
Es uno de los mejores restaurantes de Coruña en relación calidad/precio. Comida casera hecha con mucho mimo. No destaco nada porque está todo riquísimo. Local muy acogedor con una atención estupenda, lo que crea un ambiente que parece que estamos en casa. No dejen de visitarlo, van a volver seguro.
Juan Parga
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04 Septiembre 2025
10,0