Es un lugar "con vistas". Ha perdido su "toque" porque no hay batatas fritas y las patatas son industriales y blandas como anguilas. No tienen nada "saludable" ni pescado al mediodía. Parece como si alguien sin experiencia en restauración haya intentado una transformación de la carta. Espero que vuelva a lo que era, me encanta el sitio.
Ambiente relajado, vistas increíbles, ambiente acogedor y un camarero excepcional, Johan, hicieron que nuestra estancia fuera un auténtico placer. ¡Qué ganas de volver!