La tienda de Plácido y Grata no es solo un restaurante, pertenece a un negocio formado por el propio restaurante, un hotel y su cafetería. De estos dos últimos no voy a hablar por simple desconocimiento. El restaurante, es un local diáfano, acogedor y confortable, decorado con materiales nobles, con la madera como nexo común, y bastante funcional, pero sin renunciar a la belleza. Todo ello crea un espacio cálido, atemporal y sobretodo relajado; donde hasta la música forma parte de esa sensación de relax permitiendo un tono de conversación suave y agradable.
La atención al público, por parte de las dos personas encargadas, es estupendo, agradables, te aconsejan e informan.
La comida, toda una sorpresa, un deleite de sabores desde el principio. Con la bebida te ponen un aceite, el nuestro variedad hojiblanca, con un pan para "mojar" que se te caen las lágrimas. Por cierto lo venden allí. Continuamos con unas sardinas con tomate en pan brioche, espectacular. A continuación carpaccio de remolacha y burrata, muy bueno. Seguimos con gazpachuelo con tartar de gambas y uvas, delicioso. Como principal tratamiento de atún rojo, canelón de pato y foie, y ensalada Plácido y Grata. Poniendo punto final, tarta de queso de pistachos, con tierra de galletas y mermelada de higos, fantástico.
En general, un lugar al que llegué por probar, desconociendo todo totalmente y que me ha cautivado.
Kini Rod
.
16 Mayo 2024
10,0