09/02/2025: Un lugar encantador, con buen ambiente, excelente cocina y, sobre todo, un inmejorable equipo de camareros eficientes, simpáticos y muy profesionales. Todo lo que comimos (migas, plato alpujarreño, lomo al ajillo, tartas ...) estaba excelente. Todo por un precio muy ajustado. Enhorabuena.
19/01/2025: Tengo que comenzar esta reseña destacando la profesionalidad, amabilidad y resiliencia del señor que nos atendió en la terraza. Todo un saber llevar una tarde nada fácil.
Lo hago así por el hecho de haber puntuado con una sola estrella el servicio de este lugar: vayan cinco estrellas para el camarero y cero para el propietario del negocio. Es el mal endémico de la mayor parte de la hostelería granadina, la tierra del chavico (soy granaíno de pura cepa).
Paseo magnífico desde Granada a Cenes un frío y soleado día de invierno a la vera del Genil, con la idea de volver por la antigua carretera de la Sierra y comer algo en alguno de los restaurantes de Cenes.
Héteme aquí que, antes de salir a la carrerera nos encontramos con este restaurante desconocido para nosotros. Nos adentramos y vemos un salón lleno y a continuación una terraza, a pleno y apetecible sol, a medio ocupar. Había algunas mesas libres pero ya preparadas y con sus letreros de "reservadas" y una libre, ya usada y en la cual nos sentamos.
El amable camarero nos tomó nota de la bebida y nos informó de que podrían tardar porque había otras mesas con reserva que tenían prioridad. Estábamos a gusto y le dijimos que no nos importaba. Acto seguido, salió a la terraza una chica joven y nos espetó con que si teníamos reserva, y le dijimos que no. Nos dijo que, siendo así, no podían atendernos. Prestamente nos disculpamos y le dijimos que nos íbamos, que nos habíamos sentado por estar libre la mesa. El camarero inicial intercedió y nos quedamos asumiendo que podrían demorarse. Así vimos cómo comensales que llegaron 15 o 20 minutos después que nosotros, pero con reserva, eran atendidos y nosotros no. Lo aceptamos.
Vimos pasar raciones muy generosas y nos pedimos unos calamares fritos, que estaban muy buenos, y un lomo frito con ajos estupendo (enhorabuena a la cocina, pues los trocitos eran muy pequeñitos, lo que demuestra el interés a la hora de elaborarlo).
Tarta de queso, café cortado muy bueno, pero el licor de hierbas, aún siendo de calidad (Ruavieja) servido en copa de vino blanco, escaso y sin hielo (lo pedí con hielo).
No me parece de recibo que tengan a un solo empleado para atender unas doce mesas (unas cincuenta personas). De vez en cuando salía otro compañero a servir platos (no tomaba notas) a paso acelerado y haciendo el regreso corriendo. ¿Qué necesidad hay de esto?