La Taverna del Ciri en Terrassa

Restaurante de cocinero Marc Ribas (presentador Joc de Cartes). Productos de muy buen calidad y bastante bueno. 60 € x persona mas o menos si se quiere calidad hay que pagarlo.

Aunque la comida esta buena (quizás teníamos las expectativas demasiado elevadas), que con un cheque regalo te hagan pagar un agua (para que sólo entra una con el vale) y que sea filtrada.. lo encontramos fuera de lugar

Será tópico, pero... ¡Brutal! El buen producto nostrat y de temporada bien tratado, bien servido y con un excelente maridaje. ¡La enhorabuena y por muchos años más!

Sinceramente esperaba algo más, quizás las expectativas me han pagado una mala pasada, pero calidad-precio me ha parecido flojo y los platos que hemos probado, ninguno me ha parecido algo espectacular, aparte, el postre desmesuradamente caro. El servicio muy correcto.

Sin duda una experiencia BRUTAL! He disfrutado del menú 'compartir' por dos personas y aunque el precio no es nada barato la calidad y elaboración de todos los platos creo que están a la altura. Todo el personal muy profesional, el local bastante acogedor y algo justito de espacio en la primera planta (pero puedes disfrutar del showcoking en primera hilera) y Marc tan agradable y cercano como lo vemos en la pantalla. Para probarlo al menos una vez. Yo volveré.

Un 10. Lo primero que quiero decir, es que, como dice la carta, no es un restaurante. Es una taberna. Lo segundo que debe decirse es que la Taverna tiene dos plantas la planta baja en la que se puede ver la cocina que está abierta y después unas escaleras que suben a la planta superior. El servicio es rápido y la carta está muy bien contada dividida entre tapas y raciones. La comida nos la sirvieron muy rápidamente. Pese a pedir una muy buena selección de tapas y raciones, siete u ocho productos, todos estaban exquisitos a una temperatura ideal y como ya he comentado muy rápidamente servidos. La mayoría de gente que venimos aquí en la taberna entre otras razones lo que queremos es poder ver el marco trabajar dentro de Su entorno. Pues bien, él no sólo está trabajando en la cocina, sino que además, cuando es necesario, sale de la cocina para servir los platos. Platos a destacar: el canelón, las setas, el bikini de cabeza y pata. En serio, vaya y disfrute.

Fuimos con el menú degustación, todo perfecto, comida buenísima con su maridaje. Acabamos llenísimas pero repetiremos sin duda.

Fuimos a comer el sábado. El ambiente agradable, aunque el restaurante se fue llenando. El servicio genial, amables y atentos. Cada plato bien contado. Cogimos el menú por 2 a compartir. Todo muy bueno, pero la tripita y el canelón, BRUTALES. Si tuviera que poner una mini pega, es que no tenían bebida vegetal para los cafés. Aparte de eso fue una comida de 10. Al salir pasamos por la cocina y hablamos con Marc que nos contestó con una sonrisa y agradecida. ¡Volveremos seguro!

Queríamos disfrutar y disfrutamos , ese es el resumen . Aunque hay platos para compartir y principales, compartimos todos . De primero , bolets , huevos de la granja y panceta ( excelente ) . De segundo pies de cerdo ( brutales ) trucha ( excelente ) fricando ( excelente ) fideos a la cazuela ( excelentes ) y cocochas con judías ( el más flojito ) . De postre cardenal de terrassa , crema catalana y panellets ( brutales ) . Me han ganado como cliente .El servicio muy profesional muy bien atendidos por Berta . El local no me pareció muy acogedor pero para gustos los colores . Totalmente recomendable

El local está chulo. La cocina, abierta, a la vista de los comensales, y al frente de ella, Marc. Cocinando con calma. El menú de 60€ fue una gozada, probamos 6 platos increíbles. - Aceite con pan para abrir apetito. El olor de la miga da pistas de su larga fermentación, qué pasada. - Puerros bajo una crema de vinagre. - Hummus en una tostada, riquísimo. - Alubia blanca con sardina, lo que menos me gustó, y aún así lo disfruté mucho. - Trucha marinada, picante, con huevas. - Panceta, con su torrezno, con bastante cantidad de grasa, pero de esa que hace que se caiga una lágrima en cada trozo. Vaya pasada. - El famoso canelón está riquísimo, especialmente su salsa, estuve tentado de devolverles el plato tan limpio que lo podrían haber dejado directamente en la balda. - Un postre con diferentes quesos. Camareros simpáticos y perfectamente atentos con los alérgenos.