La Tabernilla de Oviedo en Oviedo

La Tabernilla de Oviedo, un pintoresco restaurante en la hermosa ciudad de Oviedo, es bastante accesible debido a su ubicación. Sus precios populares y su menú diario variado lo convierten en una opción fantástica. Casi seguro que encontrarás algo que te guste en su menú. Además, el local dispone de varios platos galardonados como, por ejemplo, los callos. Durante mi visita, me deleité con su guiso de fabes de la Granja con setas variadas y cecina. ¡Una maravilla para el paladar! Me hubiera encantado repetir con otro plato. El escalope de Xata asturiana con ensaladina también estaba delicioso. La carne estaba muy rica y jugosa, aunque quizás lo habría preferido sin el rebozado. Para terminar, disfruté de su delicioso café casero, que me recordaba al que hacía mi abuela en ocasiones especiales en el puchero. También probé su flan casero, que estaba igualmente delicioso.

Excelente restaurante. Repetimos. La comida de 10! Entrante de pastel de centollo buenísimo. Comimos Fabada con su compango, de rechupete! También comimos los Callos, exquisitos, se deshacen en la boca. Son ganadores de los mejores Callos en "Callada por Respuesta". El servicio igual de bueno que la comida. Decoración muy bonita. Lo recomiendo totalmente.

Buenos platos y buen servicio, muy atentos y amables.

Es el cuarto año q vamos a cenar. Lo cierto es q este año igual de bien q los anteriores. Es un sitio iluminado, con decoración sencilla y agradable q te invita a entrar. Influye también q esta muy limpio. Un lugar para comer bien y probar algunas cosas diferentes ( hamburguesa de Canguro...) pero en el q te sientes muy cómodo. Nos coincidió esta vez las jornadas de los calsots. Los callos tenían fama y no defraudan (de dejan una salsera con más picante por si te gustan picantes) y las crocretas de boletus muy ricas como siempre. Precio medio-alto y la atención muy buena. Volveremos el próximo año.

He vuelto pero solo pa confirmar q no están a la altura d lo q promocionan.laccalsotada deja mucho q desear y unas costillas d baja temperatura incomibles ,pero tampoco lo remediaron.osea pagar pa no comer es no volver

Un sitio casi inmejorable para comer. La atención perfecta y la variedad de la oferta genial. Un sitio muy recomendable.

Muy rico todo y genial atención. Llegué pronto sin reserva, me atendieron estupendamente y comí muy bien.

Me ha encantado la comida y el servicio, unos callos de primerísima y todo exquisito

Estuvimos comiendo el Lunes 17 Febrero,,,yo soy de hostelería de 30 años,,el establecimiento muy bien cuidado,,,,de servicio,,el camarero un profesional,,ella un poco más limitada,,igual se le queda un poco grande el sitio. La calidad de la comida bien,,,SÓLO BIEN,,supuestamente los mejores CALLOS,,nada del otro mundo,,los postres aceptables,,,,el mejor recuerdo que me llevo es el servicio y atención del camarero. Lo demás,,,para ésos méritos de la comida,,NADA,,LO ÚNICO SUBIR LOS PRECIOS.

La comida era lo suficientemente agradable, pero sentí que era demasiado caro para lo que era. Yo tenía costillas cocinadas a fuego lento y mi marido tenía Cachopo que es muy típico en esta región, ambos eran 22 euros y no las porciones más grandes que habíamos visto, servido con patatas asadas en cubos, bastante básico sin emociones. Lo que realmente me molestó fue que pedí media porción del paté de cangrejo centollo para compartir como entrada por 10 euros. Lo que llegó fue bastante grande y pregunté de nuevo si esta era la media porción que se confirmó. Vivo en Galicia, donde las porciones son bastante grandes, así que seguimos adelante. Se sirvió con pequeñas tostadas cuadradas de un paquete, y claramente había demasiado paté para la cantidad que habíamos recibido, así que solicité un poco más. Cuando llegó la factura descubrí que efectivamente nos habían servido y cobrado por la porción completa , 17 euros, y también nos habían cobrado 2 . 50 euros por la tienda extra diminuta compró tostadas. Después de gastar 83 euros en total me fui sintiéndome un poco cabreado por decir lo menos. Una experiencia muy decepcionante. Ojalá nos hubiéramos quedado en el casco antiguo e ido a una taberna en su lugar.