La Taberna del Chef del Mar en El Puerto de Santa María

Todo mal si no se entiende lo que se hace Y no hablo de la comida ni del trabajo de Ángel y el equipo de cocina y sala, eso es un diez, hablo de lo que te transmite comer allí. Hablo de la (falta de) experiencia emocional del espacio en el que, por cierto, nació A Poniente si no me equivoco. Todo mal. Ángel, transmites amor por lo que haces, tu comida es yodo, es mar, es sal y es conserva, aprovechamiento y sofisticación, Pero entonces, ¿por qué el diseño de la taberna es anodino y soso, como cualquier franquicia de medio pelo? ¿Dónde está la sal, dónde la magia, dónde el plancton fluorescente, donde el amor y la pasión por lo que haces? ¿Dónde la magia de la sal líquida? Suelos de cerámica barata, alicatados de escama de pescado industriales, ni un solo producto artesanal más allá de los peces de papel (preciosos por cierto) que decoran el techo. Y lo peor de todo, un restaurante de estrella (o casi) Michelin decorado con vinilos impresos... Todo mal. Ángel, me falta la emoción que transmites al hablar, la artesanía y el amor que le das a tus elavoraciones. Estoy deseando ir A Poniente, pero casi que me da miedo entrar y no sentir tu alma allí dentro.. P.D. La única pega que puedo poner a la comida es el pan sin gluten... Industrial, soso, sin tostar, vamos que a años luz del resto de la comida, que está llena de sensaciones y sabor a mar. Sabor a mar de verdad, tanto que al día siguiente, paseando por el Puerto, el olor de mar nos traía el recuerdo del sabor del arroz con placton al paladar. Resumen: Una experiencia (gastronómica) bastante buena en un local de franquicia barata

¡Espectacular! Un descubrimiento para los sentidos. Volveremos sin duda. Muchas cosas por descubrir en su carta. Buenas recomendaciones por parte del personal.

La comida y el servicio de 10! Solo toca disfrutar!

La comida está deliciosa. Cada uno de los platos que hemos pedido nos ha sorprendido 🤤🤤. El servicio y atención ha sido una maravilla. Si tienes ocasión de comer o cenar en la barra, podrás disfrutar del arte que tienen en el sur. MUY RECOMENDABLE.

Una experiencia buenísima! El servicio fue super atento y amable, explicando en cada uno de los platos como se debía comer y las características de cada uno! Todo lo que pedimos estaba buenísimo aunque en su mayoría eran tapas ya que decidimos probar diferentes cosas. Mi recomendación absoluta es el tartar de lubina que estaba increíble y el postre de leche con galletas que es una auténtica pasada! Sin duda un lugar al que ir al menos una vez, ya que el precio es un poco elevado.

Comida muy original bien presentada y rica No muy abundante como es normal en un sitio de este calado Las mesas un poco incómodas y la limitación a 1,5 horas un poco heavy

Estuvo todo perfecto destacando en puri puri con gazpacho, el carpaccio de dorada yel arroz con placton. A modo constructivo me gustaría indicar que en la ensaladilla hubiera sido fantástico que las gambitas estuvieras crujienetes y recién fritas y con un punto menos de picante ya que opacaba un poco el sabor a mar que debe tener. Por otra parte, sorprendentemente el pan no estaba a la altura del nivel de la comida. Sin duda volveré a probar el resto de la carta y seguro que me sorprenderá tanto como esta vez.

Enclavado en el centro del Puerto, está taberna ofrece sabores puros a mar provenientes del laboratorio de Aponiente. La terraza es muy agradable y el servicio excelente. Adaptan platos sin gluten aptos para celíacos. Imprescindible probar la tabla de chacina de mar, las láminas y el arroz de plancton. El precio, siendo un sitio caro, es bastante ajustado y acorde con la calidad tanto del producto, como de la cocina y el servicio.

La experiencia en la Taberna Chef de Mar fue asombrosa, desde la agradable atención hasta la calidad de todos sus platos. Pedimos para compartir ya que queríamos probar cuantas más cosas mejor. El jamón de mar de Barbate con almendras fritas es un entrante sabroso y fresco, por lo que no me extraña que sea uno de sus éxitos. A continuación pedimos las croquetas de choco, boquerones en vinagre con stracciatela, el croissant negro de morcilla de choco y el hojaldre de ventresca de pez espada y pepinillos. A cada plato, mis impresiones no dejaban de mejorar. La combinación de los ingredientes es asombrosa y si pensábamos que teníamos un plato favorito, al llegar el siguiente nos volvía a sorprender. Pero sin ninguna duda, el arroz de placton puedo decir que es hasta la fecha, el arroz más rico que he probado. Es literalmente, como dar un bocado al mismísimo mar. Para finalizar, el flan es una explosión dulce en el paladar. Además de la excelente calidad de la comida, me gustaría destacar la amable atención recibida, con presentación de cada plato y explicación de cómo es la mejor forma de degustarlo.

Impresionante, fuimos a comer reservando dos días antes, nos pusieron en terraza y la verdad es que comimos genial. Todo estaba buenísimo y el arroz con plancton... se sale. sin duda alguna, totalmente recomendable